No faltaban en el colectivo LGTBI los convencidos de que el día del Orgullo de 2020 se celebraría señalado por la influencia del coronavirus y la necesidad de distancias y limitaciones, pero el evento llega al calendario marcado por otro asunto más inesperado: una guerra de banderas.

Desde que el Tribunal Supremo, en una reciente sentencia, haya rechazado la colocación de enseñas arcoiris en los balcones públicos, el día del Orgullo ha ido adquiriendo temperatura reivindicativa, de la misma manera que los enemigos del festejo utilizan la sentencia para atacarlo, al menos icónicamente.

En Barcelona, la bandera multicolor luce desde el viernes en el edificio del Parlamento, y flanqueará este domingo la plaza Sant Jaume, pues tanto el Govern de la Generalitat como el Ayuntamiento han anunciado que la colgarán en sus dos palacios. Parecida decisión ha tomado el Ayuntamiento de Palma de Mallorca, que este sábado ha informado de que el castillo de Bellver lucirá hasta el lunes, y de diez de la noche a dos de la madrugada los colores del Orgullo. En Madrid el Ayuntamiento no colgará este año la bandera, pero sí iluminará con sus colores la sede del gobierno municipal, el Palacio de Cibeles, así como calles y marquesinas.

CAMPAÑA ULTRA

Entre tanto, Vox y la Asociación Española de Abogados Cristianos se han movilizado en Guadalajara, Aragón, La Rioja y Cádiz contra los políticos municipales o autonómicos que aprueban que la bandera gay ondee este domingo en astas públicas.

En Zaragoza ocurre lo contario que en Cádiz. Mientras en la ciudad andaluza el acalde, José María González 'Kichi', ha recibido el mandato de la jueza titular del Juzgado 1 de lo Contencioso Administrativo de la ciduad de retirar la enseña, en la capital aragonesa el magistrado del Juzgado de lo Contencioso número 3 ha rechazado la medida por defectos procesales.

En ambos casos estaban detrás los Abogados Cristianos, asociación ultraconservadora de censo mucho más reducido que su ruido mediático, que había hecho peticiones de medidas cautelarísimas contra la exhibición de los seis colores con el argumento de que "no resulta compatible con el marco constitucional y legal vigente".

En Guadalajara, de hecho, la asociación se querellará por prevaricación contra el alcalde, Alberto Rojo, que trata de eludir la sentencia del Supremo colgando los colores en una pancarta, en vez de una tela ondeante.

Vox, por su parte, ha emprendido una campaña similar en Valladolid, La Rioja y la Región de Murcia, donde ha instado a los políticos municipales y autonómicos a retirar "la bandera del lobby gay".

REACCIÓN EN LOS BALCONES

El ámbito en el que no pueden ambas entidades de extrema derecha entrometerse es el de los balcones privados. Cuatrocientos de ellos se han llenado de banderas arcoiris en la localidad malagueña de Villanueva de Algaidas, donde el vecindario ha reaccionado así después de que el alcalde, José Antonio Cívico, decidiera retirarla ante la denuncia que tres vecinos habían puesto en el cuartelillo de la Guardia Civil.

Antonio Carlos Alcántara, el vecino que ha promovido la reacción de las banderolas, ha declarado a Europa Press que quiere que ya cada año se repita el gesto. La celebración del Orgullo es en 2020, dicen los promotores de una marcha que en Madrid este año ha de ser telemática, "más necesario que nunca".