España ha sometido al test del ébola a una decena de personas provenientes de los cuatro países afectados desde que el pasado mes de abril la OMS puso en marcha los mecanismo de alerta mundial. Se trata de casos de "baja sospecha" que habitualmente no se comunican públicamente para no sembrar una "alarma injustificada" y para proteger a los pacientes del posible estigma que podría sufrir, según el Ministerio de Sanidad. Todos dieron negativo y fueron analizados por el simple hecho de que esas personas que habían pasado por las zonas de la infectadas presentaban un cuadro fiebre alta "compatible incluso con un catarro".

Nuestro país no es una excepción. Todos los estados europeos han recibido pasajeros con síntomas febriles que han sido aislados y sometidos a los tests sin que estos dieran positivo. Es más, como España sólo mantiene un vuelo directo con Nigeria, los casos han sido relativamente pocos. Francia, por ejemplo, además de con Nigeria, mantiene enlaces aéreos con Guinea Conakri, Liberia y Sierra Leona. Aunque es muy dificil establecer comparaciones porque ningún país hace públicos sistemáticamente ni registra oficialmente los casos, el país vecino habría efectuado desde abril entre 15 y 20 pruebas de otros tantas casos de baja sospecha, según fuentes médicas ajenas a Sanidad.

Una cuestión diferente sería que se hubieran detectado casos de alto riesgo, es decir, de personas con los síntomas y que, además, hubieran estado en contacto directo con personas afectadas. En españa ha ocurrido con la monja Julianna Bohone, que fue repatriada de Liberia junto al sacerdote Miguel Pajares. Ella sufría fiebres, probablemente solo debidas al tifus que contrajo, y había mantenido contacto directo con varios afectados que luego han acabado falleciendo. El protocolo que se aplica aquí en más estricto. Se le han practicado ya tres tests, todos negativos, pese a lo cual permanecerá en una habitación de aislamiento hasta que pasen los 21 días de la cuarentena.

PREOCUPACIÓN POR LA IMAGEN En los casos de baja sospecha basta con que el test dé negativo para que el afectado pueda irse a casa. Al Gobierno le preocupa con la difusión "exagerada" de los casos de baja sospecha se esté creando una imagen irreal que afecte a la llegada de extranjeros cuando nuestro país aplica los mismos protocolos que el resto. Protocolos que son tan estrictos precisamente para eliminar al mínimo la posibilidad de permitir acceso a la enfermedad.

Además de los controles sanitarios en los puertos y los aeropuertos, la Guardia Civil y la Cruz Roja examinan a los inmigrantes irregulares llegados en patera y, si detectan a un inmigrantes con síntomas sospechosos, dan cuenta a sanidad exterior para que valoren si es necesario llevar a cabo las pruebas. Si viajan personas procedentes de uno de los países afectados, los exámenes son más meticulosos, aunque si no presentan ningún síntoma no se practican pruebas. El tiempo que tardan en cubrir el recorrido entre sus países de orígen y su embarque hacia España hacen que el riesgo de que llegue una persona infectada sea "insignificante".

INFORMACIÓN A LAS TROPAS El Estado Mayor de la Defensa ha enviado a sus tropas destacadas en misiones internacionales un documento con recomendaciones para hacer frente al virus, aunque por el momento no hay militares españoles en países afectados por la epidemia.

La Organización Mundial de la Salud reiteró ayer a los países afectados que adopten medidas en sus fronteras para incrementar el control de aquellas personas que pretendan viajar al extranjero, evitando su desplazamiento si se detectan síntomas que podrían revelar la presencia de esta enfermedad.