El precio de los medidores del alcohol en la sangre oscila entre los 30 euros que puede costar un etilómetro analógico, a los más de 75 que se puede pedir por uno digital. La mayoría de los distribuidores consultados recomiendan optar por una calidad de banda alta, con mayor fiabilidad. Recuerdan, sin embargo, que ésta nunca será del 100%.

Los analógicos, además, no precisan el nivel exacto de alcohol. Sólo advierten con una luz roja, y a veces una naranja, cuando se superan o se están a punto de superar los límites legales. Si éstos cambian o se viaja a otro país con legislación diferente, el aparato ya no sirve.

En Estados Unidos, la utilización de alcoholímetros es una práctica frecuente y muy extendida, estimulada por las fuertes sanciones previstas para los conductores ebrios, que pueden acabar en la cárcel. Incluso hay marcas de vehículos que los incorporan como un accesorio adicional más, que se puede someter a revisión si falla. Parte de los aparatos a la venta en España se fabrican en Norteamérica. El resto provienen del sureste asiático, casi siempre de Hong Kong (China).

Todos los distribuidores recomiendan leer atentamente las instrucciones antes de usar los alcoholímetros, porque llevan incorporado un mecanismo muy delicado con un sensor de gases y cualquier alteración atmosférica, o un cambio de temperatura o humedad, pueden alterar los resultados. Antes de usarlo, añaden, deben haber transcurrido un mínimo de 20 minutos desde la última ingesta de alcohol o comida.