Karl Lagerfeld es un creador plusmarquista. Y no sólo porque es capaz de diseñar para Chanel y Fendi, de tener su propia marca e incluso de adelgazar 42 kilos para poder abrocharse los pantalones de Dior. Con algunas décadas de retraso con respecto al arte, el modisto alemán ha tomado la vía Warhol y ha empezado a desmitificar la costura. El amigo de Carolina de Mónaco se ha apeado por un rato del concepto lujo de toda la vida y ha diseñado una colección para la cadena de moda económica H&M.

Unos --los interesados-- hablan de diseño para todos. Otros, de jugada de márketing. H&M vende un "otoño de alta costura" y Lagerfeld, esnob confeso, se apunta la jugada publicitaria de ser el primer modisto de París con tarifas de centro comercial.

El modisto califica la idea de "moderna". "La época en que los diseñadores perdían su trabajo al ser asociados con una colección para una marca barata ya ha pasado", certifica en el dosier de prensa. En esta universalización del consumo, los diseñadores empezaron cortando trajes a precios prohibitivos, luego tomaron la vía del aperturismo y se pusieron a vender desde gafas hasta tarros de mermelada, y ahora Lagerfeld da un paso más al brindar diseño a precio de ganga.

Que las cosas han cambiado lo demuestra el hecho de que es posible que el propio Lagerfeld se hubiera muerto de risa si años atrás algún osado le hubiera hecho una oferta parecida. Es más. Seguramente, la maison Chanel le habría preparado el finiquito antes de permitir que el nombre de su creador estrella llevara el lamparón del consumo de masas.

FALDAS POR 39 EUROS

Pero esos tiempos pasaron. A rebufo del fenómeno Zara, incluso es posible que las mujeres que se dejan 5.000 euros en un traje de Chanel hayan apuntado en su agenda que, a partir de mediados de noviembre, pueden desenfundar su tarjeta de crédito en los almacenes H&M. Allí encontrarán, por ejemplo, faldas del diseñador por 39,90 euros y chaquetas de hombre por 49. El desembarco lo completan dos clásicos: colonia y surtido de accesorios.

Chanel, que se sepa, no ha dicho ni mu sobre las últimas andanzas de su creador. "Nuestra colaboración se basa en el mutuo respeto", asegura Lagerfeld, que incluso ha llegado a soltar: "Yo soy una especie de chapero de Chanel".

Tanto, que no se ha cortado en inspirar la colección en su propio fondo de armario, con siluetas ajustadas y prendas en blanco y negro. Para rematar la identificación, el diseñador incluso aparece en la foto del lanzamiento junto con la supermodelo Erin Wasson. El look pasa por ser el de una típica campaña de prªt- -porter de lujo. Pero hay un detalle que les delata: a mano izquierda, asoma el texto "vestido de gasa: 79,90 euros". En los escaparates de Chanel, los precios son siempre secreto sumarial. Incluso en época de rebajas.