La alergia a algunos pólenes, como el de gramíneas, olivo y arizónica, se ha disparado en los últimos cinco años y además se han vuelto más agresivos, pero también lo ha hecho la de los frutos secos, que se manifiesta a veces con anafilaxia, una reacción inmunitaria que puede llegar a causar la muerte.

Esta es una de las conclusiones del informe Alergológica 2015, elaborado por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic), que se presentó ayer y que revela además que los alérgicos son cada vez más jóvenes.

El estudio ha sido elaborado en las consultas de más de 300 especialistas y ha incluido a casi 3.000 pacientes niños y adultos de toda España, a los que se les entrevistó en el 2014. Se trata del tercer informe realizado por esta sociedad, que ya había elaborado dos en el 2005 y 1992.

En el segundo informe, la media de edad de los pacientes era de 16 años y en este último de 2015 ha bajado hasta llegar a los 12, y el motivo está en que el polen es más agresivo y el culpable es la contaminación, tal y como han explicado los doctores Joaquín Sastre, presidente de la Seaic, y Tomás Chivato.

Las partículas de la contaminación «se pega» a los pólenes y estos se vuelven más virulentos, afectan e irritan más las mucosas y se desarrollan las rinitis.

Esta «agresividad» provocada por la contaminación hace también, incluso, que algunos extranjeros que no eran alérgicos en su país de origen lo sean cuando llegan aquí. El 6% de los pacientes del estudio son extranjeros.

«Hay algo en el medioambiente explosivo que hace cambiar la expresión génica, arremete contra la expresión de las proteínas que se recrudecen», comentó Sastre, quien advirtió que de seguir con esta tendencia en el 2050 el 50% de la población tendrá alguna enfermedad alérgica. Actualmente el porcentaje es del 25%. Solo un tercio de los alérgicos está controlado por los médicos,