La Federación Estatal de Profesores de Religión (FEPER), que agrupa a 13.000 docentes, pidió ayer al Gobierno que reforme la ley de 1998 para que sus contratos laborales, "aunque sean basura, estén suscritos por la Administración educativa y no por la jerarquía católica". Esta legislación permite a los obispos decidir los contratos de estos profesores, que luego paga la Administración.

Los docentes de la FEPER anunciaron que lucharán para conseguir que se les aplique la Constitución y el Estatuto de los Trabajadores, como prometió el PSOE.

Los profesores de Religión son ahora contratados y pagados por la Administración, pero a propuesta del obispado. Dichos contratos pueden ser revocados "en cualquier momento, porque son ellos los que en la práctica dan el puesto de trabajo", según el presidente de la FEPER, Luis Guridi.

CRITICAS A LA IGLESIA Guridi reclamó a la ministra de Educación y Ciencia, María Jesús Sansegundo, que "tome cartas en el asunto" ante "las graves actuaciones de la Iglesia". El presidente de la federación aseguró que el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, "está metiendo miedo a los profesores de Religión, diciendo que su asignatura va a desaparecer", y ejerce "presión y adoctrinamiento".