La historia no deja de repetirse. Dos barcos navegan desde hace días por el Mediterráneo tras haber rescatado en pésimas condiciones a cerca de medio centenar de migrantes que viajaban a bordo de débiles embarcaciones. De momento ningún Gobierno ha respondido a la solicitud de ayuda urgente que lanzó el pasado lunes ACNUR. A bordo del buque Sea Watch 3 viajan un total de 32 migrantes, rescatados del mar, frente a las costas de Malta, el pasado 22 de diciembre. En el Profesor Albrecht Penck, el número de migrantres es de 17, salvados de un naufragio seguro hace tres días.

Desde el Sea Watch 3, el voluntario británico Robin Jenkins hizo un llamamiento al Gobierno de Londres para que presione a los países del Mediterráneo y accedan a acoger a los migrantes. «Esta gente ha escapado de la explotación, de la esclavitud, de la violencia y de la pesadilla que representa hoy Libia», escribió en Facebook, donde advierte del peligro que corren los refugiados y la misma tripulación del buque ante la inminente llegada de una fuerte tormenta. El barco lleva ocho días sin saber adónde dirigirse.

Entre los migrantes a bordo hay mujeres y niños. «Todo lo que piden es la oportunidad de vivir sus vidas como cualquier otro ser humano libre», escribió. «Esta cruda realidad es la que me recuerda la vida privilegiada que he tenido. Cuando tenía 14 años y abría mis regalos de Navidad, no estaba buscando la manera de encontrar seguridad para mi vida».

ACNUR recuerda, como Jenkins, que es urgente actuar ya que se espera que las condiciones del mar empeoren en cuestión de horas.