El jurado del Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2019, que ayer distinguió a la estadounidense Joanne Chory y a la argentina Sandra Myrna Díaz, ha alabado la aportación de ambas biólogas en la lucha contra la crisis climática. El acta, que fue leída por el presidente del jurado, el investigador Pedro Miguel Echenique, ensalza sus «contribuciones pioneras» al conocimiento de la biología de las plantas, que son «trascendentales para la lucha contra el cambio climático y la defensa de la diversidad biológica».

Los trabajos de Joanne Chory sobre las respuestas moleculares y genéticas de las plantas a las variaciones ambientales, en particular luz y temperatura, ayudan «a comprender y mejorar la adaptación de los sistemas naturales al calentamiento global», según el jurado. El acta añade que las investigaciones de Sandra Myrna Díaz permiten «cuantificar la importancia de la conservación de la biodiversidad para garantizar los beneficios que los ecosistemas prestan a la Humanidad».

Joanne Chory y Sandra Myrna Díaz toman el relevo al biólogo sueco Svante Pääbo, especialista en genética evolutiva que ha centrado su trabajo en el estudio del genoma completo del hombre del Neandertal y las primeras poblaciones de la prehistoria. El premio de Investigación Científica y Técnica, al que optaban 46 candidaturas de 23 nacionalidades, ha sido el séptimo en fallarse de los ocho premios que convoca anualmente la Fundación Princesa de Asturias.

La semana pasada se conoció el de Ciencias Sociales, que recayó en el sociólogo y demógrafo estadounidense de origen cubano Alejandro Portes, experto en migraciones. El de las Artes fue al dramaturgo Peter Brook; Comunicación y Humanidades, al Museo del Prado; Cooperación Internacional, al educador Salman Khan y su Khan Academy; Deportes, a la esquiadora Lindsey Vonn, y Letras, a Siri Hustvedt. Queda por fallarse el de la Concordia.