Dos personas murieron y otras 12 resultaron heridas tras una violenta explosión en una nave de Madrid. El local tenía autorización para almacenar material pirotécnico para cinematografía pero almacenaba ilegalmente explosivos y munición, según las autoridades. El herido más grave, un hombre de 42 años, fue hospitalizado en la UCI del Hospital La Paz. Sufre quemaduras en el 20% de su cuerpo, especialmente en la cara, el cuello y la espalda.

Otras dos personas, dos ancianos que caminaban por la zona y un trabajador de una empresa, fueron ingresados en el Hospital Gregorio Marañón. Las dos víctimas mortales, identificadas como Arturo Sánchez y Valentín Fernández, trabajaban en un taller vecino al lugar siniestrado. Fallecieron aplastados por los cascotes de un muro y una oficina auxiliar. La onda expansiva en primer lugar y después las llamas acabaron con sus vidas. Una mujer y su hijo resultaron heridos leves después de que la explosión abriera un boquete en su vivienda.

La deflagración fue consecuencia de un incendio declarado en la nave a las 8.50 horas. La magnitud del estallido hizo saltar por los aires muros de ladrillo de gran grosor que provocaron daños en las viviendas colindantes y el desalojo de 12 familias. Sus casas resultaron destrozadas. En similar estado quedaron dos empresas colindantes, una de reparación de parachoques de vehículos y otra de neumáticos.

Al lugar se acercaron 10 dotaciones de bomberos, con un total de 45 hombres para sofocar las llamas. Los propios bomberos no sabían en un primer momento de qué material se trataba y cómo tenían que actuar. "Tras sofocar el incendio hemos escuchado durante media hora petardazos y detonaciones. Luego nos han confirmado que no había balas", explicó Juan Redondo, inspector jefe del cuerpo.

Desde 1988 la empresa Molina tenía permiso para almacenar armas inutilizadas para efectos especiales y poder rodar películas pero en ningún momento para guardar armas ni ningún tipo de munición.

El delegado del Gobierno, Constantino Méndez, aseguró que el propietario del negocio "ha cometido una gravísima irregularidad y una dramática imprudencia". Fue detenido y puesto a disposición judicial. "Sabemos que la cantidad de explosivos acumulada en el local y no autorizada era muy alta", subrayó Méndez. El delegado recordó que la Guardia Civil inspeccionó la nave en febrero y no detectó ningún incumplimiento de la normativa. Ello hace pensar que los explosivos fueron almacenados después.