Unos lo llaman "una ducha de agua fría" y otros, "un reconocimiento de la distancia que separa a la jerarquía de los católicos de a pie". Las respuestas que están llegando a Roma del novedoso cuestionario sobre familia y sexualidad, de 38 preguntas, agrupadas por temas, que el papa Francisco envió al orbe católico el pasado noviembre, está causando estupor. Por la abundante participación de los fieles, pero sobre todo por el tenor de las respuestas. "No habíamos visto nunca tal interés en tener en cuenta las experiencias de las personas", han afirmado los obispos de Inglaterra-Gales.

Casi 25.000 suizos, el 90% de los que se declaran "católicos comprometidos", piden que la Iglesia "reconozca y bendiga a los divorciados vueltos a casar" y el 60% solicitan "el reconocimiento y la bendición de las parejas homosexuales". Los obispos alemanes subrayan la "no observancia" de la doctrina oficial por parte de muchos católicos practicantes, y señalan "el carácter casi universal" de la convivencia de las parejas antes del matrimonio.

La conciencia individual

El vicepresidente de la Conferencia Episcopal Francesa, Pierre Marie Carré, apunta que en las respuestas de su país abunda la oposición a las normas sobre la contracepción y en general sobre la sexualidad, y dice que los católicos franceses piden que "la Iglesia facilite puntos de referencia" pero deje la concreción "a la conciencia de los católicos". Incluso en lo que se refiere "al deseo o no de un nacimiento", porque "debería afectar a la pareja en su relación con Dios sin que la Iglesia intente legislarlo".

Los católicos alemanes, mientras, consideran que, en general, "el divorcio y las nuevas nupcias llevan con frecuencia a distanciarse de la Iglesia", a la que ven como una institución sin misericordia. Los católicos belgas piden "una Iglesia más abierta", que sea capaz de acoger a todos "prescindiendo de las diferencias y errores cometidos", y consideran que entre estas "diferencias" no deberían situarse ni los homosexuales ni los divorciados.

Los obispos de Luxemburgo remarcan "la distancia creciente entre las proclamaciones doctrinales y la recepción y efectos de esta doctrina entre los miembros de la Iglesia", lo que provoca una "caída libre" de las normas "frente a la conciencia y la libertad individual". Inciden también en que la Iglesia "no es competente en el ámbito matrimonial y de la paternidad responsable". Más de 30.000 católicos han contestado en Austria y los obispos del país traerán las respuestas a Roma al final de este mes de febrero, cuando terminará el plazo de presentación de los informes.

Paralelamente a la encuesta del Papa, el canal estadounidense en castellano Univisión ha confiado a Bendixen & Amandi International un sondeo en 12 países, que comprenden el 60% de los católicos mundiales, entrevistando a 12.000 fieles. Según los resultados, el 19% de los europeos y el 30% de los latinoamericanos coinciden en que los divorciados vueltos a casar deben ser admitidos en los sacramentos católicos. En África alcanzan el 75%. Por otra parte, el 78% de todos los países son favorables al uso de contraceptivos, tasa que en España o Argentina alcanza el 90%. A las bodas homosexuales, se oponen el 66% de los católicos, mientras que el 65% se declaran favorables al aborto, según el sondeo de Univisión. Siguiendo con la misma prospección, el 30% de los europeos y el 36% de los norteamericanos son todavía contrarios a que las mujeres puedan ejercer el sacerdocio.