El primer día del juicio contra el supuesto pederasta más famoso de la historia, el belga Marc Dutroux, estuvo marcado ayer por sus esfuerzos en propagar la idea de que él sólo era un pequeño eslabón de una trama dirigida por otro acusado, Michel Nihoul, que supuestamente secuestraba, violaba y asesinaba a niñas de entre 8 y 19 años. Con el inicio de la vista, Bélgica volvió a revivir uno de los episodios más tristes de su historia, que en 1996 sumió a este tranquilo país en una de sus peores crisis políticas y sociales.

El juicio contra Dutroux y tres de sus supuestos cómplices comenzó ayer ante un tribunal popular en el Palacio de Justicia de la localidad de Arlon, al sureste de Bélgica, rodeado de excepcionales medidas de seguridad, máxima cobertura periodística --1.500 informadores de todo el mundo acreditados-- y nuevos ingredientes para la polémica.

En una carta dirigida a la cadena de televisión flamenca VTM, reproducida ayer por la prensa belga, Dutroux asegura que "Nihoul estuvo implicado en los secuestros de la niñas y es una figura clave". El presunto pederasta relata que no lo dijo antes porque el otro acusado habría podido huir del país. "Todo el mundo cree que yo soy el eje --agrega en el documento--, pero se equivocan. Admito que he hecho cosas, pero no soy el motor de todo eso".

LA TEORIA MAFIOSA La hipótesis sobre la existencia de una red de pederastas ha sido esgrimida durante los siete años y medio de instrucción en numerosas ocasiones, pero fue rechazada por el juez que investigó el caso, Jacques Langlois, en contra de la opinión del fiscal. La gran incógnita que la larga instrucción no ha despejado es precisamente si Dutroux y el resto de los acusados actuaron solos o formaban parte de una red que se benefició de protección en círculos del poder.

Los cuatro imputados deben responder, por ahora, del secuestro de seis personas, cinco de ellas menores, de las cuales cuatro murieron como resultado de las violaciones, torturas y malos tratos infligidos. Sólo dos de las víctimas, Sabine Dardenne y Laeticia Delhez, liberadas tras la captura y confesión de Dutroux, podrían comparecer en la vista, que se anuncia larga y extremadamente penosa para ellas.

Las declaraciones del principal acusado parecieron sorprender a sus abogados. Uno de ellos, Ronny Baudewny, reconoció: "Hubiera preferido que hiciese estas declaraciones acusatorias en la sala de audiencia y no ante la prensa". El letrado apuntó que "siempre se va a decir que es un manipulador y un mentiroso declare lo que declare".

SEIS HOMBRES Y SEIS MUJERES La primera sesión del juicio también quedó ensombrecida por otro problema. Lo que tenía que ser un trámite para constituir el jurado se alargó durante toda la mañana. Los belgas no quieren ni oír hablar de Dutroux, ni participar en su juicio. Numerosos candidatos renunciaron a ser miembros del tribunal, entre otras razones porque habían participado en actos de apoyo a las familias de las víctimas. Al final, seis hombres y seis mujeres decidirán.

Al lado de Dutroux se sientan en el banquillo su compañera, Michelle Martin, y sus supuestos cómplices, el extoxicómano Michel Lelievre y el hombre de negocios Michel Nihoul. Dutroux podría ser condenado a cadena perpetua --la ley permite 30 años de reclusión-- y sus cómplices, a penas de 5 a 30 años de prisión.