La monja congolesa Chantal Pascaline, compañera del español Miguel Pajares y víctima como él del brote de ébola que azota al oeste de África, falleció ayer por la madrugada en el hospital San José de Monrovia, según informó la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, a la que pertenecen los religiosos. Los responsables de la orden habían incluido el nombre de Pascaline, así como el de la guineana Paciencia Melgar, en la petición para la repatriación de Pajares que hicieron el pasado martes al Gobierno, pero la Moncloa contestó que la medida solo beneficiaría a los españoles. El avión que llevó a Pajares a Madrid también sacó de la capital liberiana a la monja Juliana Bohi, nacida en Guinea Ecuatorial pero titular de un pasaporte español. Los exámenes a los que ha sido objeto descartan que esté afectada por el virus.

"Lo que esperamos es que no dejen allá a las hermanas, porque sabemos lo que les espera", había declarado Begoña Martín, prima de Pajares en vísperas de la repatriación del religioso. "Como dice Miguel, están condenadas a morir, no podemos dejarlas morir". El hospital de San José permanece cerrado desde la muerte por ébola de su director, Patrick Nshamdze, hace poco más de una semana, y en él se encuentran solo la monja Melgar, el religioso ghanés George Combey y un enfermero voluntario. La orden anunció ayer mediante un comunicado que tiene intención de enviar a la capital liberiana a un equipo sanitario con miras a abrir de nuevo el centro hospitalario. En la misma circular informa de que el estado de Pajares y Juliana Bohi es "estable" y no ha habido variación de su situación clínica desde su ingreso en el hospital Carlos III de Madrid

TRATAMIENTO Por otra pare, los médicos que atienden en el Carlos III al sacerdote Pajares ya disponen del medicamento ZMapp utilizado en Estados Unidos para el tratamiento de la enfermedad, según un comunicado del Ministerio de Sanidad. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), dependiente del departamento que dirige Ana Mato, ha autorizado la importación excepcional del citado producto. La directora general de Salud Pública, Mercedes Vinuesa, dijo esta semana que solo se le administraría a Pajares cuando demostrara su efectividad.

El fármaco, que se está utilizando en dos pacientes en Estados Unidos, se encuentra en la fase inicial de investigación y se ha importado al amparo de la legislación que permite el uso de medicamentos no autorizados en pacientes que padecen una enfermedad que pone en peligro su vida y que no pueden ser tratados satisfactoriamente con un medicamento autorizado. El procedimiento se inicia a solicitud del médico responsable del paciente, contando con su consentimiento informado.