Millones de estadounidenses y turistas pudieron contemplar ayer cómo la Luna se interponía efímeramente entre el Sol y la Tierra en el que fue, si se tiene en cuenta su difusión por internet, el eclipse solar total más visto de la historia. En los últimos días se habían agotado las existencias de gafas especiales.

«Impresionante. Se ha hecho completamente de noche», exclamó Miquel Serra-Ricart, del Instituto de Astrofísica de Canarias, durante la retransmisión del eclipse desde las localidades de Arco y Mackay, en el estado de Idaho, el lugar escogido por la expedición Shelios 2017 y el equipo de Sky-live.tv para observar el vistoso fenómeno y realizar diversos experimentos divulgativos. Eran las 19.30, hora española. «La temperatura ha bajado varios grados», añadió el veterano cazaeclipses. El eclipse en su fase parcial empezó en la costa oeste estadounidense a las 18.05, siempre en horario español peninsular, pero la totalidad -el oscurecimiento total- no se produjo en el mismo punto hasta las 19.18.

El máximo duró unos dos minutos, dependiendo del lugar, y permitió observar la corona «asimétrica del Sol», como destacó Serra-Ricart. En las zonas con cielos despejados también se pudo observar el planeta Júpiter prácticamente al mediodía.

EL ÚNICO PAÍS

EEUU tuvo una butaca privilegiada porque era el único país de todo el planeta donde el eclipse se vio como total. Concretamente, fue en una franja de 115 kilómetros de anchura que transitaba de costa a costa (4.000 kilómetros), entre Oregón y Carolina del Sur.

Para los estadounidenses era la primera vez en 99 años que un eclipse total solar recorría el país. De hecho, lo bautizaron pomposamente como el Gran Eclipse Americano y lo convirtieron en un gran reclamo turístico. En la zona por donde se pudo ver la versión total viven unos 15 millones de personas, sin apenas grandes ciudades más allá de Kansas City y Nashville, pero ayer se sumaron unos cuantos millones más de turistas nacionales e internacionales. Los hoteles habían colgado el cartel de completo. Además, en las áreas apartadas de la franja de los privilegiados, como en Los Ángeles, Nueva York o Chicago, el fenómeno se pudo contemplar de forma parcial.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, observó ayer el eclipse solar total que ha cruzado el país de costa a costa desde uno de los balcones de la Casa Blanca, pero por unos segundos admiró el fenómeno sin gafas protectoras, imagen que ha inundado las redes sociales. La decisión del magnate de mirar el eclipse sin protección le valió las críticas de los usuarios de Twitter.

En España, el eclipse no fue tan espectacular. Las islas Canarias y la costa atlántica gallega fueron los mejores lugares para contemplarlo, aunque el fenómeno no se observó como total, sino como una figura circular desprovista de una porción, según explicó el astrofísico Ricard Casas, del Instituto de Ciencias del Espacio de Barcelona. En el Mediterráneo no fue visible.

En el territorio de la España peninsular en que el eclipse se pudo observar, desde Galicia hasta Zaragoza, el fenómeno se prolongó entre las 20.44 y las 21.24 horas. En Canarias, por su parte, se contempló entre las 19.50 y las 20.43. En ningún momento llegó a oscurecerse el Sol, sino que lo que se percibió fue como un mordisco en su superficie.