El Ministerio de Educación aseguró ayer que la polémica materia no pretende suplantar la "imprescindible" labor de los padres en la educación de los hijos, sino que su objetivo es complementarla. "Pretender instalar la moral en el ámbito estrictamente familiar es desconocer que el abanico de las relaciones de un ser humano desborda el entorno de sus familiares y que sus comportamientos afectan al resto de la comunidad en la que vive", explicó en un comunicado el departamento que dirige Mercedes Cabrera.