Diversos colectivos han denunciado el «caos total» y la «descoordinación» que sufrió la gestión de las emergencias durante la ola de incendios que afectó a Galicia desde el viernes de la semana pasada hasta el lunes y que quemó 35.000 hectáreas. Así lo aseguraron ayer, en rueda de prensa, representantes del servicio 112, miembros de los bomberos públicos y comarcales, de las brigadas contra incendios y de los agentes forestales. La integrante del comité de empresa del 112 Susana Camba describió una situación de «colapso» en la central y aseguró que «se veía venir» desde horas antes. Solo siete personas estuvieron atendiendo «cientos, miles de llamadas» durante la mañana del domingo. Cuando llegó el refuerzo, ya por la tarde, el personal se incrementó hasta 14 trabajadores.

Otro de sus reproches se dirigió al hecho de que «no se habilitó una línea especial», como sí tiene el 061, para que los organismos encargados de actuar in situ se pusiesen en contacto con los teleoperadores.

Este «caos total» e «inadmisible» se agravó porque el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y el vicepresidente, Alfonso Rueda, «recomendaron» a la ciudadanía contactar con el 112. «Hasta para pedir información sobre el estado de las carreteras se llamó al 112», reveló Camba tras recordar que existe un número específico para llamadas sobre fuegos (el 085).

RECHAZADOS

El bombero del parque de Vigo y presidente de la Plataforma de Bomberos Públicos de Galicia, Miguel Ucles, fue más allá, al asegurar que fueron rechazados varios de sus ofrecimientos. «Quisimos hacer más y o no se nos permitió o se nos dijo que no hacía falta», aseveró.

Igualmente, Gustavo Tubío, representante de la plataforma de bomberos públicos de Galicia, ilustró su «frustración» con casos concretos como el de una movilización que «nunca llegó» para ir a Ponte Caldelas, «donde ardían casas»; o compañeros de La Coruña que, según su relato, se ofrecieron por la mañana y no fue hasta la noche cuando les pidieron acudir a Oia, al sur de la provincia de Pontevedra. Del mismo modo, se refirió a escenas vividas en Santiago, Lugo y Ourense, donde hubo, afirmó, «autoorganización de los parques» por la «inacción» de la Axega, la agencia de gestión de emergencias de la Xunta. Miguel Ucles cifró en unos 400 los profesionales que afrontaron los momentos más críticos de la oleada de fuegos: según sus números, 50 agentes forestales que subieron a 80 tras incorporarse 30 voluntarios; 40 brigadistas de Seaga en la provincia de Pontevedra (de 125 posibles); 120-125 bomberos públicos y 75 de gestión indirecta.

Preguntado por los más de 5.000 efectivos que, de acuerdo con el presidente gallego, estuvieron operativos, respondió que «están mintiendo», y que «no vale sumar con todo», ya que los agentes del orden, por ejemplo, no están formados para apagar fuegos. Ucles llamó la atención sobre que el WhatsApp acabó siendo la «red» de los cuerpos de atención a las emergencias. La consejera de Medio Rural, Ángeles Vázquez, respondió que «el personal nunca es suficiente en situaciones extremas».