La eficacia hace referencia a la capacidad que tenemos para alcanzar una determinada meta mediante nuestras acciones. Somos más eficaces cuantas más veces lleguemos a los objetivos, donde lo que entraría en juego es el uso de nuestras herramientas, cómo las ponemos en práctica, sin considerar tanto factores de tiempo como de rapidez. Dirigido al ámbito laboral, dicha eficacia se observa en nuestra capacidad para terminar con éxito las tareas o realizar proyectos exitosos. Si me he marcado cinco tareas para el día de hoy, soy eficaz si las he terminado, tarde más o menos en hacerlas.

En la oficina y respecto a nuestro trabajo, lo que más nos importa es que queden plasmadas las horas de trabajo y el esfuerzo invertido. Medimos nuestra capacidad en función de los resultados, de lo eficaces que somos. Por eso, una variable que queremos incrementar es dicha eficacia. Hacerlo puede ser sencillo y no nos llevará mucho tiempo. Solo tenemos que llevar a cabo cinco acciones.

Más resultados

Cuando nos planteamos tareas, objetivos o la realización de proyectos, somos conscientes de que el éxito no siempre está asegurado. Se nos puede atascar o cometemos errores por el camino. No llegamos a terminar lo empezado o lo que se logra no es satisfactorio. Esto genera una media que mide nuestra eficacia: soy más eficaz cuantos más objetivos logro alcanzar. Esta variable es importante tanto para la empresa, como para los superiores como para nosotros mismos. Nos hace sentir satisfechos y orgullosos con nuestro trabajo y nos predispone a tener mejores resultados en el futuro, por lo que nos gustaría potenciar este rasgo más.

Si queremos trabajar la eficacia laboral, lograr terminar más proyectos y que estos tengan éxito, podemos poner en práctica las siguientes pautas:

1. Meta y premio

Lo primero que debes definir es la meta o el objetivo a lograr, tanto si es un proyecto largo como pequeñas tareas cotidianas. Una vez hecho, ¿cuál será el premio? Puede ser algo social, como salir con amigos o compañeros a celebrarlo o puede ser algo material, como algún libro o ropa para nosotros. Este aliciente es importante para que la motivación aumente.

2. Presente y futuro

Ten en cuenta siempre dos aspectos temporales, el presente y el futuro. En el primero observamos las herramientas y las habilidades que tenemos para enfrentarnos a lograr el objetivo y, en el segundo, podemos ver los recursos que tal vez nos estén faltando para tener éxito y que debemos aprender por el camino.

3. Anticipación de problemas

En la hoja de ruta que te marques, introduce todos los obstáculos e imprevistos que pueda haber, aunque sean remotos, para generar soluciones alternativas por escrito. De esta forma, si ocurren, estarás preparado.

4. Equipo

No eres un trabajador solitario, tienes un equipo al que recurrir, pedir consejo o del que conseguir ayuda. No quieras ser el mejor y el que todo lo hace solo. Esa competitividad solo te dañará a ti mismo.

5. Descanso

Todo trabajo tiene que tener sus tiempos de descanso, tanto diariamente, como en periodos largos, como los fines de semana. Pauta esos descansos, que estén por escrito y cúmplelos siempre.

La eficacia laboral es uno de los rasgos más buscados en cualquier empresa. Se les pide a los trabajadores que sean capaces de lograr los objetivos, se alienta a ello y, en muchos casos, llega a ser recompensado con reconocimiento social o ascensos. Es una cualidad que queremos lograr en nosotros mismos y que, al final, también tendrá efectos en nuestra vida personal.

* Ángel Rull, psicólogo.