La Armada, la fuerza naval del Ejército, inició ayer las tareas previas de búsqueda del cuerpo de la joven sevillana Marta del Castillo en una zona del río Guadalquivir que todavía no había sido rastreada, según informó la Delegación del Gobierno en Andalucía. En una primera fase, el bote hidrográfico perteneciente al buque Malaspina realiza ya una batimetría del río --medición del fondo- para elaborar un primer mapa fisiográfico de la zona rastreada.

Posteriormente, se desarrollará una segunda fase con el barco del Instituto Hidrográfico de la Marina Escandallo, que efectuará un segundo registro fisiográfico con sonar de barrido lateral de alta frecuencia para finalizar la recopilación de información sobre el estado del fondo del río. Este dispositivo estará activo hasta la noche, dado que la intervenciones necesitan realizarse a la luz del día. Esta previsto que se reactiven mañana en caso de que fuera preciso.

Una vez finalicen las labores de inspección, la Armada entregará un informe con los resultados de su trabajo a la Policía Nacional. Los responsables de las diferentes unidades mantuvieron la pasada semana una reunión para planificar las actividades y se desplazaron hasta al lugar de búsqueda donde analizaron las características del río.

UN NUEVO INDICIO APUNTA AL RÍO / En un auto, el juez ordenó a la Policía Judicial, «con los medios que el Cuerpo Nacional de Policía considere necesarios, la inspección del tramo del río en el que se localizan los focos o puntos de interés» en el informe aportado por el padre de Marta, Antonio del Castillo, «para la búsqueda y localización del cuerpo de la víctima». El día 1 de diciembre del 2016, el padre de la joven entregó en el juzgado un nuevo informe que sostiene que el asesino confeso, Miguel Carcaño, podría haber arrojado el cuerpo de la joven a una zona del Guadalquivir donde no se ha buscado antes.

De este modo, y a partir de una información aportada por un ciudadano anónimo, el geofísico Luis Avial --que buscó a Marta en la zona de Majaloba con un georradar- y un criminólogo, han realizado un estudio en la dársena del Guadalquivir para lo que han empleado una especie de sonar o radar submarino de los utilizados para detectar los pecios y cuyos resultados apuntan la posibilidad de que existan restos humanos en la zona.

El juez explica en el auto que la pieza separada para la búsqueda del cuerpo se abrió con el objetivo de acordar en su seno «cuantas diligencias fueran necesarias para agotar la investigación de todas las hipótesis, por remotas que sean, capaces de arrojar luz acerca del paradero del cuerpo de la menor».