La tradición oral rapanui cuenta que el rey Hotu-Matua, de la tierra de Hiva, envió siete jóvenes exploradores en busca de la remota Te Te Pito o Te Henua, una isla mitológica situada justo en medio del océano en la que florecían bosques exuberantes. Te Pito o Te Henua, conocida como isla de Pascua o Rapa Nui, es hoy un paisaje hermoso y tranquilo salpicado por los espectaculares moáis o iconos de piedra, pero prácticamente yermo: los escasísimos árboles son fruto de la creciente pero aún joven conciencia conservacionista.

Los historiadores consideraban hasta ahora que la isla de Pascua fue colonizada por pueblos de la Polinesia central en sucesivas migraciones a partir del siglo IV y que la armonía con el entorno se mantuvo hasta al menos el siglo XIII. Luego, las desavenencias tribales impulsaron una sobreexplotación de los recursos con fines bélicos que llevó a la destrucción. Cuando los marinos holandeses arribaron a la isla en el día de la Pascua de Resurrección de 1722, poco quedaba de la vegetación primigenia y los nativos apenas tenían recursos para alimentarse. La realidad, sin embargo, aún puede ser peor.

Una investigación que publica hoy la revista Science cambia las fechas de la colonización y confirma la capacidad destructora de los humanos. Los primeros polinesios no llegaron a Rapanui hacia el año 400, ni siquiera en el 700, sino alrededor del 1200, y la deforestación insostenible empezó poco después del desembarco. No hubo, por tanto, un largo periodo de convivencia idílica con los bosques.

"El impacto fue inmediato". A esta conclusión han llegado los investigadores Terry Hunt (Universidad de Hawai) y Carl Lipo (Universidad del Estado de California) tras datar por radiocarbono --en algunos casos, redatar de forma más precisa-- los yacimientos arqueológicos más antiguos de la isla. Se trata de los estratos Anakena (un antiguo centro religioso), donde hay restos de leña que se quemó para hacer lumbre. "Las evidencias no eliminan una ocupación hacia el año 1000 después de Cristo, pero la probabilidad es muy baja", explica Hunt.

Millones de árboles

Uno de los principales motivos de la deforestación fue la tala indiscriminada de árboles para poder mover los moáis, aunque también fueron determinantes, prosigue Hunt, las ratas transportadas por los primeros pobladores polinesios, que devoraron las raíces de millones de árboles. Los autores del estudio insisten en que la isla de Pascua "simboliza una civilización aislada que una vez floreció y que después sufrió una catástrofe ecológica".

Los resultados están en consonancia con otros recientes estudios que insisten en que los aislados territorios del Pacífico oriental, incluyendo Nueva Zelanda, fueron colonizados mucho más tarde que Samoa. Pascua está nada menos que a 2.000 kilómetros de las islas Pitcairn, el lugar poblado más cercano, y a 3.600 de la costa de Chile, país del que depende.

En cualquier caso, no todo fue culpa de los nativos. Las enfermedades europeas y el reclutamiento forzoso para trabajar en las guaneras peruanas le dieron la puntilla a la isla en el siglo XIX. En 1877 sólo quedaban 111 habitantes. Hoy son cerca de 4.000, quizá los mismos que había en el siglo XVI.