En el año 2050, los humanos se enamorarán ya no de muñecas, sino de robots de aspecto real, se casarán con ellos y, por supuesto, practicarán el sexo. Al menos esa es la teoría que mantiene el maestro de ajedrez y científico escocés David Levy en su estudio Relaciones íntimas con parejas artificiales con el que se doctoró en la universidad de Maastricht. "Los humanos se enamorarán de los robots, porque estos pueden ser programados según los gustos y las necesidades de cada usuario", según Levy.