La Fiscalía alemana cree que el enfermero Niels Högel, condenado a cadena perpetua en el 2015 por dos asesinatos y tres intentos de asesinato de sus pacientes, pudo matar a hasta 106 personas.

Durante el juicio, el hombre confesó que entre 2003 y 2005 había inyectado una sobredosis de diversos medicamentos a 90 pacientes, de los que 30 fallecieron, por lo que la Fiscalía y la Policía decidieron continuar con sus investigaciones y ahora han presentado un informe basado en nuevos estudios toxicológicos.

El enfermero fue condenado por vez primera en el 2006 por un intento de asesinato en la Audiencia de Oldenburg (centro de Alemania) y a esa condena se añadieron posteriormente nuevos cargos, que derivaron en la cadena perpetua dictada hace dos años.

La Fiscalía y la Policía informaron de que, según sus investigaciones, se puede relacionar al hombre con otras 62 muertes registradas en la Clínica Delmenhorst, cercana a Oldenburg, en la que los pacientes recibieron presumiblemente sobredosis de medicamentos como Ajmalin, Sotalol y Lidocain.

Los investigadores sospechan además que el acusado pudo estar involucrado en otras 38 muertes registradas en la Clínica Oldenburg. En los análisis realizados en varios de los cadáveres se han detectado también los medicamentos citados. El acusado confesó durante su último juicio que había inyectado a hasta 90 pacientes sobredosis de fármacos que les causaban alteraciones serias de la circulación y el ritmo cardiaco. Todo esto lo hizo, según dijo, por aburrimiento.