El pasado domingo nos dejaba Patricio Borobio, hombre profundamente cristiano y muy conocido en la Archidiócesis, como referente en diversos ámbitos de apostolado seglar.

Nacido en Zaragoza en 1923, era abogado de profesión. Como ciudadano comprometido en la vida pública, participó activamente en incontables instituciones sociales y culturales de la ciudad, como el Ateneo de Zaragoza (del que fue secretario y tesorero), la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País (fue secretario de la junta de gobierno) o la Institución Fernando el Católico (fue miembro del consejo académico).

Pero Patricio Borobio destacó ante todo por su ferviente compromiso apostólico. Siendo miembro de la juventud de Acción Católica, heredó de Mosén Francisco Izquierdo Molíns el ardor por dar a conocer a Jesucristo, colaborando con este infatigable sacerdote en varias de sus obras, como la Cofradía de las Siete Palabras, que llevaba en su corazón, o la fundación del Stadium Casablanca. En el año 1950 ingresó en la Asociación Católica de Propagandistas, asociación de la que sería secretario en Zaragoza y miembro del Consejo Nacional, y desde la que encauzó todo su afán por anunciar el Evangelio en la vida pública, con audacia, intenso espíritu sobrenatural y un sano optimismo.

Hombre de profunda vida eucarística, fue miembro de la Adoración Nocturna Española y Adorador perpetuo en la capilla de San Pascual Bailón. Como caballero de la Virgen del Pilar, trabajó por extender la devoción a Reina de la Hispanidad. Fue también miembro de la junta de la cofradía de Nuestra Señora de los Ángeles. De profundo espíritu eclesial, oraba incensantemente por la Iglesia, trabajaba por ella, participaba activamente de la vida diocesana, con exquisita fidelidad al Papa y a la doctrina social católica.

La llamada del Señor le sobrevino cuando ultimaba sus memorias (que esperamos que sean pronto publicadas), trabajaba en el impulso de una fundación cultural cristiana y soñaba con proyectos de evangelización por medio del arte. Que el Señor le premie todos sus trabajos, su amor y su fidelidad.

Guillermo Cesáreo Contín, consiliario local de la Asociación Católica de Propagandistas en Zaragoza