El rodaje de una película pornográfica en una iglesia del centro de Italia en el año 1998 ha convertido en ilegales todos los ritos celebrados en el templo desde entonces, tales como bautizos y matrimonios. Los sacramentos anulados deberán ser regularizados a través de un decreto oficial del obispado.

La grabación de una cinta porno en la iglesia consagrada a san Vicente de la localidad italiana de Gioia dei Marsi se ha descubierto ahora tras una investigación de los Carabineros, que han contado con la ayuda de un vecino de la zona. Al ver la película Il Confessionale (El confesonario), el ciudadano reconoció la fachada de una iglesia de la región, en cuyo interior los actores practicaban escenas de sexo explícito.

Las pesquisas permitieron comprobar que las imágenes no habían sido rodadas en el templo en que pensaba el hombre, sino en otro cercano, el de Gioia dei Marsi, lo que supone un presunto delito de vilipendio. Por ello, un juez local ha dictaminado la retirada de todos los ejemplares de la película.

El caso tiene una importante vertiente religiosa. El Derecho Canónico establece que todas las ceremonias "celebradas después de un acto escandaloso, grave y contrario a la santidad de un lugar sagrado" carecen de validez a los ojos de la Iglesia católica. Igualmente, determina que "el culto no se podrá celebrar (en el lugar profanado) mientras el sacrilegio no haya sido reparado por un acto purificador". Ahora es necesario un decreto de rehabilitación por parte del obispo competente para que tengan validez los ritos.