La policía austriaca ha descubierto más de 40.000 fotografías y películas pornográficas realizadas en las dependencias del seminario católico de St. Pöltner, ubicado cerca de Viena y considerado como una de las más destacadas instituciones católicas del país. Las fotos muestran incluso al director y al subdirector del seminario, los sacerdotes Ulrich Küchl y Wolfgang Rothe, en posiciones comprometedoras que formaban parte de juegos sexuales con seminaristas del centro.

El escándalo ha sacudido a la sociedad austriaca y al mundo católico. La Santa Sede ha decidido tomar cartas en el asunto, que también ha puesto en el ojo del huracán al obispo de St. Pöltner, Kart Krenn, de 68 años, puesto que Rothe es su secretario y consejero. La Conferencia Episcopal de Austria, en una nota difundida ayer, señala que "la Iglesia debe actuar con celeridad" para tomar medidas, ya que "prácticas homosexuales o pornografía no tienen lugar en un seminario católico".

La policía austriaca tiene la mira puesta en St. Pöltner desde hace medio año, cuando recibió una primera denuncia a partir de la cual procedió a requisar parte de los ordenadores del seminario. Los especialistas descubrieron entonces numerosas páginas con pornografía infantil, procedentes en su mayoría de servidores polacos. La nueva redada policial ha superado todas las barreras y la revista Profil , que aparece hoy lunes, anticipa incluso una foto en la que aparece el director jugando con el pene de un aspirante a sacerdote.

El portavoz del obispo Krenn confirmó ayer que la máxima autoridad católica en St. Pöltner había visto algunas fotos y que le fueron entregadas por otro obispo al que "manos anónimas" hicieron llegar las fotos.

Krenn es conocido en Austria como el obispo más estricto en la defensa de los valores más tradicionales. Krenn adujo que las fotos descubiertas no constituyen ningún escándalo, ya que sólo retratan "juegos de adolescentes". Y respecto a una foto en la que aparece su secretario besándose con un seminarista, dijo que "es una simple tontería".

El nuevo escándalo católico en Austria podría desembocar en una crisis mayor que la vivida en el país a raíz del escándalo desatado en 1998 por el fallecido cardenal Hans Hermann Groer, que fue obligado a renunciar después de que varios seminaristas denunciaron que los había obligado a realizar prácticas homosexuales. Krenn defendió entonces a Groer y logró que la Iglesia católica lo perdonara y lo enviara a un convento de monjas.