No hay suficientes profesores ni espacio. El interés por estudiar árabe ha crecido tan espectacularmente en los últimos años, que cada año cientos de personas se quedan sin la posibilidad de adentrarse en la lengua y la cultura de los 22 países árabes. Sólo la Escuela Oficial de Idiomas de Barcelona tuvo que dejar fuera este curso a 383 de los pretendientes que optaban a las 144 plazas que quedaban vacantes.

Barcelona es, con creces, la ciudad española donde más alumnos siguen cursos de árabe. Una sola cifra ya refleja el auge espectacular del interés y la curiosidad por un mundo vecino en el Mediterráneo: en 1997, en toda España 317 personas estudiaban árabe en una escuela oficial. En seis años, esta cifra se ha multiplicado y pasa de los 1.500 alumnos.

QUINTA LENGUA EXTRANJERA Sólo en la escuela oficial de Barcelona ya hay 429 alumnos, con lo que el árabe se ha convertido en la quinta lengua extranjera más estudiada, por detrás del inglés, el francés, el alemán y el italiano. Además, en la capital catalana también hay otros pequeños centros privados, como Arabiyya y Bayt al-Thaqafa, además de la Escuela de Idiomas Modernos de la Universitat de Barcelona, donde se puede estudiar el árabe. Y prácticamente todos estos estudiantes, salvo alguna excepción, son catalanes o del resto de España.

En el resto de las escuelas oficiales españolas, el árabe también está convirtiéndose en un nuevo fenómeno. Si en el curso 1996-97 sólo dos de estos centros en todo el país impartían cursos de árabe, ahora ya hay 16 intentando satisfacer una demanda que desborda la oferta existente. Así, en Madrid hay unos 184 alumnos, seguido de Málaga (150), Ceuta (127), A Coruña (110) y Melilla (100).

"Mucha gente se queda en la calle y es una pena. Además, estamos obligados a reservar algunas plazas para profesores, médicos o asistentes sociales", dice Terencio Simón, el director de la escuela oficial de Barcelona, donde se imparte el árabe ya desde 1975. "Desde entonces no ha dejado de crecer. Hace dos años pudimos conseguir un cuarto profesor, por lo que el número de plazas aumentaba en 120. Pero aun así no es suficiente. Estamos incluso un poco encima de la capacidad, con algunas clases con más de 30 alumnos", añade.

En Barcelona existen 14 grupos de alumnos, repartidos por los seis cursos. Todos siguen unas cinco horas semanales de árabe. "Hasta el año pasado venía incluso una chica desde Girona", explica Amin Idrissi, jefe del departamento de árabe y uno de los cuatro profesores. Marroquí de Fez, a Idrissi no le extraña el interés creciente por el árabe, que según él no tiene nada que ver con los atentados del 11 de septiembre o, ahora, los del 11-M. "Si preguntas a los alumnos por qué se han apuntado, ninguno te dará una razón política. Es por interés cultural, por un viaje, por un intento de acercarse a un mundo árabe que en realidad es más cercano a España que el norteamericano", dice Idrissi. "Habría que quitarle espacio a otros idiomas, como el inglés", dicen, una idea que no es descabellada.