España es el tercer país rico con más niños pobres y en riesgo de exclusión. Solo le superan Grecia y Letonia. Lo constata el informe de Unicef Los niños de la recesión, un estudio sobre países desarrollados presentado ayer que pone en evidencia que las familias españolas han perdido durante la crisis el equivalente a 10 años de mejoras en sus ingresos. Ante este panorama, la organización, que cifra en uno de cada tres los menores españoles que viven en precario, califica la situación de "emergencia nacional". Los expertos y las entidades sociales no se cansan de repetir que en los países más castigados por la recesión los niños son los que más están sufriendo las consecuencias y los que las padecerán durante más tiempo, cuando no toda la vida. El golpe, sin embargo, según evidencia la investigación de Unicef, con datos del 2008 al 2012, está siendo menos fuerte en naciones con una mayor solidez de los sistemas de protección social previos a la crisis y donde se han ido tomado decisiones políticas encaminadas a reforzar la seguridad de la infancia. En ese contexto, en 18 de los 41 estados ricos que forman parte del estudio ha disminuido la tasa de pobreza infantil, entre ellos, Chile, Polonia y Australia.

CARENCIAS GRAVES No es ni de lejos el caso de España, donde, partiendo de una situación de pobreza infantil penosa (antes de la recesión la tasa ya estaba por encima del 20%), ha aumentado de manera dramática la cifra hasta situarse en un total de tres millones de niños con carencias materiales graves, 800.000 más que antes de la crisis, según Unicef. En los otros 22 países restantes en mayor o menor medida ver gráfico también ha aumentado el número de pequeños que viven por debajo del umbral de la pobreza (con menos del 60% de los ingresos medios nacionales). En términos globales, la conclusión, con una cifra demoledora, es que los niños son el grupo social más perjudicado: 76,5 millones son pobres en países ricos, 2,6 millones más que antes de la recesión mundial.

Además de los niños, Unicef señala que la coyuntura económica ha golpeado "con extrema dureza" a los jóvenes y ha llevado a que el porcentaje de aquellos que ni estudian ni trabajan haya crecido "de forma espectacular" en la mayoría de los países de la Unión Europea. En ese contexto, España es el sexto país con más aumento de los ni-ni, un colectivo que en cinco años pasó del 14,3% al 18,6%, cifras que solo fueron peores en Italia, Rumanía, Croacia, Grecia y Chipre, frente al liderazgo de Turquía, Alemania y Japón.

Por contra, otro frágil colectivo, el de las personas mayores, sale mejor parado, ya que mientras ha ido aumentando de manera generalizada la pobreza infantil ha ido disminuyendo en estos años de crisis la de los mayores de 65 años.

España es un ejemplo de esto: mientras la tasa de exclusión infantil aumentó en ocho puntos entre el 2008 y el 2012 (colocándose en el número 35 de los 41 países en la tabla que mide la evolución de la pobreza), la de los mayores cayó 4,2 puntos porcentuales.

RECORTES PRESUPUESTARIOS Los datos del informe, que asegura que las familias con hijos en España perdieron durante la recesión el equivalente a "10 años de esfuerzo y progreso", al igual que ocurrió en Irlanda y Luxemburgo (o incluso en mayor medida en Grecia), vienen a confirmar el anterior estudio de Unicef La infancia en España 2014. Aquel informe, presentado en junio, ponía de manifiesto entre otros análisis que el Gobierno y las comunidades autónomas redujeron la inversión en infancia un 15% entre el 2010 y el 2013, lo que supuso un recorte de 775 euros por niño, volviendo a cifras previas al 2007 y rompiendo la tendencia presupuestaria al alza que se mantenía hasta entonces.