España, sinónimo de siestas largas y cenas bien entrada la noche. Esta es la imagen, como mínimo simplificada, que da del país The New York Times en un artículo publicado ayer. En el reportaje, el periodista Jim Yardley se hace eco del debate agudizado con la crisis sobre la irracionalidad cierta de los horarios de trabajo y ocio, y recalca que, mientras en otros países se preparan para ir a dormir, en España se cena y empieza el horario prime time en televisión.

El artículo aventura que la modificación de horarios no será fácil porque supone un "cambio fundamental en la vida española", donde "muchos españoles", asegura el artículo, se toman un largo descanso al mediodía para comer y hacer la siesta".

Numerosos lectores españoles criticaron ayer los "tópicos" del texto. "He trabajado en Madrid 30 años y nunca he hecho la siesta", apunta una mujer. "Ni hago la siesta, ni llevo vestidos de flamenca, ni bailo sevillanas", señala otra.