Algo que siempre se recuerda en todas las celebraciones del Pride es que ser homosexual todavía es delito en más de 70 países, la mayoría en África y en Oriente Próximo. Y que en países como Mauritania, Irán o Arabia Saudí puede implicar condena a pena de muerte.

España, destino gay friendly por excelencia como saben bien lugares como Barcelona, Sitges, Madrid, Ibiza o Maspalomas, también es una meta dorada para muchas personas que huyen de una realidad dolorosa por su condición sexual. Cada vez más, aunque las cifras de diluyan.

Desde el 2009, España reconoce el derecho de asilo a las personas que se incluyen «en un grupo basado en una característica común de orientación sexual» (artículo 7 de la ley 12/2009, de 30 de octubre). No es necesario demostrar fehacientemente una «persecución» para pedir -y que se conceda- el asilo político, ni tampoco presentar pruebas, aunque si se tienen se pueden aportar, según señala la Agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR.

ACNUR confirma que «sí han aumentado las peticiones de asilo» y que actualmente calculan son cerca de 20.000 peticiones esperando respuesta, pero no hay datos contrastados que confirmen este aumento porque Interior no pide ni facilita datos específicos de los motivos por los que una persona solicita asilo.

Desde ACNUR especifican que dar asilo es un proceso lento: a pesar de que el Gobierno asegura que da respuesta a las peticiones en seis meses, algunos casos tardan hasta dos años.