El ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos, instó ayer a Italia a acoger a los 121 migrantes rescatados por la oenegé Proactiva Open Arms el jueves y el viernes en aguas del Mediterráneo. Aunque sin citar al país transalpino, Ábalos recordó que el derecho internacional exige «llevar al primer puerto seguro» a las personas rescatadas en el mar. Actualmente, el barco se halla en aguas internacionales frente a la isla italiana de Lampedusa, pero el Gobierno de Roma mantiene los puertos cerrados a las oenegés.

El dirigente socialista destacó que España «está haciendo muchísimas labores de salvamento desde lo público», y que este país «no puede ser el único que está haciendo deberes de salvamento». «Constituir la imagen de que solo España sea puerto seguro sería dramático para la inmigración», añadió, antes de pedir «que otros países no eludan su responsabilidad ante estos salvamentos de iniciativa privada» (en alusión a los del Open Arms). En opinión del ministro de Fomento, «la política de derechos humanos y migratoria ha de ser de toda la Comisión Europea».

Ábalos hizo estas declaraciones después de mantener una reunión en Valencia con el presidente de la Generalitat y secretario general del PSPV, Ximo Puig, y la vicepresidenta y dirigente de Compromís, Mónica Oltra. El alcalde de la ciudad, Joan Ribó, del mismo partido que Oltra, ofreció el puerto de la capital para el atraque del Open Arms. También mostraron su disposición a acoger a los migrantes las comunidades de Extremadura y el País Vasco.

Mientras tanto, las 121 personas rescatadas aguardan tranquilas a bordo del barco. Según explicó una portavoz de Open Arms a la agencia Efe, la situación es «estable» y «todo está más o menos controlado, aunque es un frágil equilibrio». Todos los migrantes están «bien cuidados», no presentan problemas de salud relevantes y a bordo aún hay comida y atención médica por su fuera necesaria.

El buque rescató a estos migrantes en dos operaciones distintas cuando las pateras en las que viajaban se encontraban en apuros. El primer rescate fue el pasado jueves, cuando fueron salvados 55 inmigrantes, entre ellos dos bebés mellizos y una mujer embarazada, justo cuando su embarcación estaba «a punto de naufragar» y entraba agua, según explicó el fundador de la oenegé, Óscar Camps.

El segundo se dio en plena noche del viernes y fueron socorridas y acogidas a bordo 69 personas, entre estas dos niños y dos mujeres embarazadas y muchos con «signos inequívocos de la violencia sufrida en Libia», de donde zarparon.

OTRO BARCO DE AYUDA

Las oenegés Médicos sin Fronteras (MSF) y SOS Méditerranée pusieron ayer en funcionamiento un nuevo barco de rescate para migrantes, ocho meses después de que el buque anterior se viera obligado a interrumpir sus operaciones. Se trata del Ocean Viking, que navega con bandera noruega.