Los pacientes españoles podrán desplazarse a cualquier otro país de la Unión Europea (UE) con el propósito expreso acudir a un centro sanitario donde le ofrezcan un tratamiento o unos plazos que no pueda encontrar en aquí. El enfermo deberá abonar inicialmente el pago de la factura, que posteriormente le será reembolsada por su comunidad autónoma.

Fuentes del Ministerio de Sanidad indicaron que se trata de una mejora destinada sobre todo a los pacientes de enfermedades raras o necesitados de tratamientos muy especializados que no encuentran en su país de residencia. Los hospitales podrán ser indistintamente públicos o privados, aunque el departamento que encabeza Ana Mato cree que los más beneficiados serán estos últimos, dado que en los de la red pública los pacientes deberán ponerse a la cola de las listas de espera.