El director general de Tráfico, Pere Navarro, mostró ayer su esperanza de que la generalización de los radares lleve a los compradores de vehículos a exigir a los fabricantes la instalación de controladores o reguladores de velocidad. Es un fenómeno que ya se ha dado en Francia tras la instalación masiva de radares, al que ya han respondido algunas marcas de vehículos.

"Son sistemas que permiten al conductor asegurarse de que cumple las normas y no será multado sin necesidad de estar pendiente del cuentakilómetros de modo permanente", explicó ayer un experto consultado.