Silvia C. A., de 31 años, la mujer asesinada en Lli§ de Vall (Barcelona) junto a su madre, presuntamente a manos de su marido, el mosso d´esquadra Josep Lluís Rúa A., había contactado recientemente con un abogado para interesarse por los trámites de separación. Los investigadores trabajan con la hipótesis de que el doble crimen sea consecuencia de las desavenencias que en los últimos meses habían deteriorado la relación de la pareja.

El matrimonio, con dos hijas pequeñas, no pasaba por un buen momento, aunque estaba construyendo una nueva vivienda en Lli§ . Dos fines de semana antes del crimen, el detenido salió de fiesta y no durmió en su casa.

Los investigadores confían en haber encontrado el arma homicida. Guardado en un cajón de la cocina, los agentes hallaron un cuchillo con una hoja de 13 centímetros que coincide con las heridas de los dos cuerpos. Según los primeros indicios, el cuchillo fue lavado, pero quedaron restos de sangre. Las pruebas de ADN revelarán si corresponden a las víctimas. Si este extremo se confirma, el cerco contra el detenido se estrechará. También se espera el resultado de los restos de sangre encontrados en las joyas de las víctimas. El ADN revelará si la sangre es del detenido.

Los investigadores desconfiaron de las lesiones que el marido de la joven tenía en las manos. Cuando la policía local de Lli§ llegó a la casa, el mosso estaba golpeando la pared con los puños. Sus heridas son, "como mínimo, extrañas", según fuentes del caso, para ser sólo de puñetazos.