Se echó las manos a la cabeza y sopló con fuerza. Fue el gesto espontáneo que traicionó al abogado Joan Piqué Vidal la primera vez que el exjuez Estevill, en el transcurso de su declaración de ayer, le implicó en el caso de corrupción judicial que los sienta a los dos en el banquillo. Pero aún le quedaba mucho por oír. Entre otras cosas, el exjuez, que confesó su implicación, dibujó al letrado como el cerebro de la trama, consistente en proponer sobornos a empresarios imputados. "Piqué montó una tienda de libertades", dijo.

A estas alturas, ya estaba claro que Estevill no sólo iba a por Piqué sino que lo hacía con saña. Para entonces, el letrado, que se enfrenta a seis años y cuatro meses de prisión, 15 de inhabilitación e indemnizaciones por valor de de 390.000 euros (64,8 millones de pesetas), ya no hacía gesto significativo alguno. Su versión se escuchará mañana.

En una sala de vistas llena hasta la bandera, el exjuez y exvocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) reconoció haber cobrado, en 1990, 150.000 euros (25 millones de pesetas) de los directivos de multinacional catalana Nutrexpa por archivar una investigación abierta contra ellos.

Estevill reconoció, a preguntas del fiscal, haber cobrado 300.000 euros (50 millones de pesetas) para sacar de la cárcel a los directivos de la empresa Macosa Federico Albiñana y Eduardo Santos en el año 1992. Todo ello, según declaró, a propuesta y mediación de Joan Piqué Vidal que también cobró por ello.