El pasado octubre, el Gobierno de Pedro Sánchez nombró un comité de 13 expertos para que arrojaran luz a un tema europeo que genera infinita controversia: ¿dejamos de adelantar el reloj cuando llegue el verano y de retrasarlo en invierno? Y en ese caso, ¿conviene más el horario de verano o el de invierno? Cinco meses después, los expertos -entre los que hay catedráticos de Física y Sociología- han emitido su veredicto: ni idea. Cada uno tiene su opinión y sus argumentos bien fundamentados y así los han defendido en las reuniones, pero no han conseguido ponerse de acuerdo para llegar a una conclusión final.

«No han llegado a ninguna resolución concluyente debido a la cantidad de repercusiones económicas y culturales que tiene la iniciativa», explicó ayer la ministra de Educación y portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. «Así que las cosas se quedan como están y reflexión hasta el 2021 (fecha que barajan las autoridades europeas para zanjar el tema)», añadió la ministra, tras recordar que la madrugada del próximo sábado 30 de marzo al domingo 31 deberemos adelantar una hora del reloj para adoptar el horario de verano. A las dos de la mañana serán las tres. Así lo llevamos haciendo desde hace 45 años (también en invierno, retrasando los relojes).

Sánchez creó la comisión de expertos para que emitieran una decisión consensuada, un dictamen que de haberlo habido no sería vinculante, pero sí importante a la hora de tomar una decisión desde el Gobierno. Algunos especialistas eran partidarios de extender a todo el año el ritmo que rige en invierno para permitir jornadas laborales más racionales, pero finalmente no ha habido consenso.

Lo que sí han decidido los expertos es no cambiar el huso horario, el mismo que Alemania y diferente, por ejemplo, a Reino Unido. «Durante 80 años se ha mantenido el actual y la población española ha desarrollado una adecuación a ese horario, no hay suficientes razones para modificarlo», añadio la ministra.

Respecto al cambio estacional, en Europa también andan más o menos con la misma incertidumbre institucional, con opiniones a favor y en contra. Dado que la mayoría de países miembros no han expresado su preferencia en torno a qué horario elegir, la presidencia de turno de la UE ha sugerido retrasar el fin del cambio de hora al 2021. El próximo martes, el pleno del Parlamento europeo someterá a votación la propuesta para acabar con el cambio de horario estacional a partir de 2021, lo cual no implica una aprobación inmediata.

LA COORDINACIÓN / La posición provisional de los parlamentarios, aprobada por la comisión de Transportes, fija marzo de 2021 como el último cambio de hora obligatorio para los Estados miembros que deseen mantener el horario de verano, informa Silvia Martínez desde Bruselas. Los países que elijan dejar el horario de invierno tendrían que volver a cambiar la hora en octubre de 2021. Los eurodiputados insisten en que los Estados miembros deberán coordinarse entre ellos para garantizar que el mercado interno no se ve perjudicado.

La iniciativa europea de abrir el debate sobre el cambio horario se remonta a febrero de 2018, cuando -en respuesta a varias iniciativas ciudadanas- el Parlamento pidió a la Comisión que evaluara la conveniencia de mantener el actual cambio de horario y que, en función de sus conclusiones, propusiera una revisión de la directiva vigente. La Comisión efectuó una encuesta, que recibió un total de 4,6 millones de respuestas, el 84% favorables a suprimir el cambio estacional, y a continuación presentó una propuesta legislativa. Los colegisladores, el Parlamento y el Consejo deberán ahora ponerse de acuerdo sobre el contenido formal de la directiva. Sea la que sea.