Una fallera saludando al estilo reina y un ninot de una mujer con pechos más o menos destapados pero enormes. Entre las imágenes de las Fallas casi siempre han aparecido estas dos, algo que ha acentuado la idea de que la fiesta más internacional de España junto a los Sanfermines ha sido machista (o aún lo es). Además, hace un año y medio se desveló que existía un protocolo que regulaba la vestimenta de las Falleras Mayores y su Corte de Honor en actos públicos imponiendo un trasnochado recato de faldas por debajo de la rodilla y que daba potestad al acompañante que designa la Junta Central Fallera (JCF) para «dejarlas en su domicilio» si se negaban a cambiarse una vestimenta «indecorosa».

Pese a suspenderse, avivó el debate sobre la figura de la mujer en la fiesta y hace un par de meses la discusión se animó cuando el Ayuntamiento anunció un estudio sobre el trato al cuerpo de la mujer en los monumentos. El revuelo hizo que se aplazara, aunque desde el consistorio animan a darle la vuelta a la etiqueta que les cuelga.

«Lejos de ser marcadas como machistas, las Fallas son una oportunidad para quemar todas las discriminaciones que todavía existen en la sociedad», explicó Pere Fuset, concejal de fiestas y presidente de la JCF, que nunca ha estado encabezada por una mujer.

En los últimos años se han creado premios para el fomento de la igualdad e incluso una campaña para que sea borinot y no maricón el que no bote con las charangas. Una de las ideas es potenciar la figura de la Fallera Mayor y la actual, Rocío Gil, realizó en la Crida, el acto de apertura, un discurso con un claro mensaje feminista: «Me gustaría que lucháramos todos juntos por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres. Porque en nuestra fiesta la mujer tiene un papel clave y fundamental», subrayó.

Pero de las 380 fallas solo 45 tienen presidenta, aunque, por ejemplo, este año se ha conseguido por fin que en el jurado de categoría especial haya más mujeres que hombres. No será el único hito pues por primera vez será una mujer, Reyes Martí, la encargada de disparar el castillo de la Nit del Foc. En el gremio de artistas falleros, que tiene unos 200 miembros y solo una decena de mujeres, también se espera que se equilibre la proporción. «Históricamente ha sido una profesión más de hombres, había mujeres en los talleres pero en otros trabajos. Ahora, con el módulo de FP hay muchas más que van a llegar. Llegará el día en que una mujer plante en la Sección Especial», explicó Marina Puche, una de las pocas agremiadas.

¿HUMOR O VEJACIÓN?/ El debate sobre la cosificación de la mujer enciende los talleres. «Fue una época, ya no se hace tanto ni mucho menos, aunque puede que se siga viendo en las Fallas más modestas que utilizan moldes antiguos. Pasó como con las películas, fue la época del destape. Era un tipo de humor al que se recurría pero que ya no se gasta», señaló Puche, que pidió no caer en totalismos. «Hay cosas que si tienen gracia, tienen gracia», apuntó.

«Las Fallas son un reflejo de la sociedad así que han sido machistas como lo ha sido la sociedad», aseguró Ximo Estellés, también artista fallero. «Salen mujeres con tetas como salen calvos, homosexuales, curas o políticos», señaló. Y criticó el anuncio del estudio. «Primero hazlo y luego lo discutimos, pero no salgas con esa noticia dos meses antes de las Fallas. Mi sensación es que no existe, pero hagamos el estudio y lo vemos», pidió.