Un niño de 6 años ha fallecido esta noche en el Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles tras ser trasladado al centro sanitario en estado crítico después de que sufriera una reacción alérgica mientras se encontraba de excursión en una granja escuela en el municipio madrileño de Villanueva de Perales.

Según fuentes del servicio de emergencias 112 en torno a las 21.20 horas han recibido una llamada de los monitores de una granja escuela situada en Villanueva de Perales después de que, mientras transportaban hacia el hospital de Móstoles a un niño por una reacción alérgica, este entrara en parada cardiorespiratoria.

Minutos después ha llegado hasta el kilómetro 6 de la carretera M-523 una ambulancia de la Cruz Roja que ha comenzado a realizar maniobras de reanimación a las que se han unido los facultativos del Summa que han intentado estabilizar y reanimar al menor.

Aproximadamente a las 22.20 horas han decidido trasladar al niño al Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles donde ha ingresado en estado crítico y ha fallecido cinco minutos después de su ingreso.

Según las mismas fuentes del 112 el niño habría entrado en estado de shock anafiláctico por una reacción alérgica a algo que aún no ha sido determinado y que está siendo investigado por la Guardia Civil.

Los monitores sabían que el menor no podía tomar lácteos y se investiga en qué circunstancias el pequeño ingirió un yogur que presuntamente le ha provocado la muerte.

En el momento en que el menor tomó el yogur comenzó a sufrir dificultad respiratoria por lo que los monitores comunicaron con su familia que les explicaron cómo tenían que aplicar la medicación que el menor había llevado al campamento.

Evitable, según los expertos

Casos como este pueden ser "evitables", según la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (Seicap).Los niños diagnosticados con alergias alimentarias graves "deben llevar siempre dos auto-inyectores de adrenalina", advierte en un comunicado el doctor Luis Echeverría, vicepresidente del congreso de Seicap, que se está celebrando en Madrid.

"Los pediatras alergólogos tenemos la función de detectar estos niños de posible riesgo para instaurar las medidas preventivas posibles, educar y entrenar a estos niños y a sus familias en el tratamiento con adrenalina, que es la única terapia que puede generalmente controlar una reacción anafiláctica grave cuando se administra de forma precoz", señala.

Además, "es necesaria una adecuada formación de los profesionales que tienen relación con los niños en el reconocimiento y manejo de las posibles reacciones alérgicas, ya que las reacciones anafilácticas pueden producirse inesperadamente y en cualquier medio cuando se produce una transgresión dietética".

En España, a diferencia de lo que ocurre en otros países, no existen protocolos de actuación nacionales sobre el tratamiento de las reacciones alérgicas graves para profesionales no médicos en contacto con los niños (profesores, monitores, personal de restauración, etc.)