El asunto del sugar dating es algo delicado, porque resulta complicado no caer en el juicio moral, entre otros aspectos. No obstante, desde el punto de vista psicológico, un acuerdo entre un sugar daddy o sugar mommy y un sugar baby no tiene por qué comportar consecuencias negativas. Mariona Xaubet, psicóloga de la clínica Dendros de Barcelona, sostiene que lo que hay entre estos dos actores sí que se podría considerar una relación. «Lo es, porque se trata de una interacción entre dos personas en la que las condiciones están claras y ambas aceptan de forma responsable adherirse a unos términos previamente negociados. Si la relación es de adulto a adulto y los dos están de acuerdo en un intercambio provechoso, ¿quiénes somos nosotros para decir si está bien o no?». Hay colectivos que discrepan profundamente de esa apreciación.No obstante, la experta insiste en que es importante que este vínculo no cree malestar. «Pongamos por caso que alguien necesita el dinero y se ve implicado en este tipo de relación, y que esto no le hace sentir bien. En este caso, se tendría que acompañar a la persona para que estudiara alternativas para cubrir esa necesidad y dejar la relación», explica.

UN FALSO MITO / Buscar un sugar daddy o alguien rico que te mantenga no es una tendencia natural de las mujeres, tal y como desde la plataforma Seeking Arrangement se intenta hacer creer, tal vez para legitimarse a sí misma. En un apartado de esta página web se habla de la hipergamia -entendida como la acción de emparejarse con una persona de una clase superior- como una tendencia natural del ser humano, y especialmente de la mujer.

Nada más lejos de la realidad, según los expertos. De hecho, la hipergamia ni siquiera es un término aceptado por los científicos. «A veces se intenta buscar algún tipo de ley natural universal para explicar aspectos de nuestra conducta, pero es un error. Nosotros desestimamos esta visión biologicista porque no cabe que pudiera haber una tendencia que nos condenara a actuar de una manera concreta, y todavía menos que en ella exista una distinción entre géneros. Los roles de género no son algo biológico, sino que son construcciones sociales que dependen de cada cultura».