La policía difundió en enero un retrato robot del supuesto violador del cúter --que aún no ha sido detenido--, y alguien lo asoció a un joven que conocía y dio su nombre y apellidos, y difundió su foto en Whatsapp. El joven, que no tenía nada que ver con el delincuente, tuvo que denunciar los hechos tras recibir 300 mensajes amenazantes en Facebook y que 12.000 personas compartieran la falsa historia. Otro caso similar ocurrió tras los atentados de Boston, cuando hicieron la vida imposible a un estudian-te que nada tenía que ver.