A millones de coreanos, el eco viral desatado por el profesor Robert Kelly ante la irrupción de sus dos hijos mientras lo entrevistaba la BBC les ha podido sorprender menos que el escándalo que ha acabado con la presidenta Park Geun-hye.

La dirigente surcoreana poseída por una vieja y turbia amiga, una intrigante organización de hadas pilotando el país desde la sombra, sobornos con caballos, las principales multinacionales ordeñadas… Todo rebasa lo verosímil. También que las explicaciones de un eminente académico sobre el 'impeachment' acabase como vídeo humorístico del año.

La niña rompiendo con sus braceos la solemnidad del momento, la irrupción del hermano en andador, el intrépido rescate de la esposa y el empeño de entrevistador y entrevistado por conservar el decoro en el caos conformaron un imbatible 'slapstick' de tensión creciente. El perfecto producto para las masas.

Minutos después el profesor preguntaba a un colega que le pedía permiso para retuitear el vídeo si había riesgos de que se convirtiera en viral. Kelly conoce mejor la política de la península coreana que el comportamiento de las redes sociales.

Han sido días intensos para el académico, forzado a apagar el móvil ante el aluvión de peticiones de entrevistas. Tras consagrar la vida a sesudos análisis, la fama le alcanza por gamberradas filiales. Kelly no es un cualquiera. Es un reconocido experto y profesor de Ciencias Políticas y Diplomacia de la Universidad de Busan requerido a menudo por la prensa internacional.

FIGURAR EN SU OBITUARIO

“Espero que en mi obituario no se hable del padre de la BBC”, ha dicho en su única entrevista posterior. Allí estaban todos otra vez, entrevistador y entrevistado riéndose, la niña con su ingobernable hiperactividad y la esposa, maquillada y elegante.

Su segunda intervención sirvió para desentrañar el 'making off':su esposa estaba grabando la entrevista cuando vio aterrorizada la entrada en escena de la parejita. Bajo el epígrafe Entrevista con Robert Kelly. Toma dos, se aclararon otros aspectos: que su inmovilidad no se debió a su falta de pantalones o que la cadena no le ha puesto en la lista negra. Ahora afronta el reto de igualar las expectativas generadas porque el mundo espera algo más que pronósticos sobre el horizonte político post-Park.

EL RACISMO Y EL MACHISMO DE SIEMPRE

“Sí, estamos muy molestos por ello”, reconoció Kelly poniéndose serio. Se refería a la instantánea deducción de que su mujer, Kim Jung-a, era la empleada doméstica. Muchos aventuraron en las redes sociales que estaría buscando ya empleo. Quizá influyó el vestuario descuidado o una actitud superada que sugería el pánico. O quizá influyó el machismo y racismo. A nadie se le ocurrió que una asiática en el hogar de un blanco fuera su esposa.

El vídeo ha ayudado a que llegara a Occidente un lamento de consumo interno. En esta parte del planeta duele que la corrección política cubra a negros y judíos cuando las chanzas sobre asiáticos aún son celebradas. Como ejemplo, los Oscar del 2015, dominados por el activismo negro y sin mención a la de los asiáticos, con un gag pre de tres niños chinos lleno de clichés sobre la explotación infantil. O el de aquel niño en un talk show proponiendo matar a los chinos para solventar la deuda.

CRÍTICAS A HOLLYWOOD

Hace años que arrecian las críticas sobre los roles que Hollywood reserva a las asiáticas. El cine ocupa el centro de la polémica por la tendencia de blanquear las tramas locales: Scarlett Johansson como protagonista de un manga, Tilda Swinton interpretando a una tibetana o Matt Damon encabezando la defensa de la icónica Gran Muralla china. Desbordante humor y sesudos debates sociológicos, todo en un vídeo que debía servir para explicar el impeachment de Park Geun-hye.

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