La familia de los tres hermanos, de 5, 10 y 12 años, ahogados en una charca en la localidad cacereña de Navalmoral de la Mata (Cáceres) habían pedido hasta la saciedad que el dueño cercara el acceso. Fuentes de la investigación confirmaron que la Guardia Civil había llegado a hacer un requerimiento a la propiedad en este sentido. La petición de los agentes fue desatendida por sistema.

El alcalde de la localidad, Rafael Mateos, decretó ayer, el día en que se dio sepultura a los fallecidos, tres jornadas de luto oficial. Las investigaciones, que se encuentran bajo secreto de sumario, apuntan a que un niño cayó al agua y tres se tiraron a rescatarle.

UN SUPERVIVIENTE Dos de ellos, los dos hermanos del primero, fallecieron en el intento mientras un primo, de 6 años, logró salvarse de milagro. El último parte médico sobre la situación de este menor, que ingresó con los pulmones encharcados y con síntomas graves de hipotermia, apuntaba ayer que sus constantes vitales se encontraban dentro de "límites normales".

El abuelo de los niños fallecidos tiene una parcela cercana a la charca. De hecho, cuando los niños salieron a jugar, los parientes adultos estaban cerca. Precisamente, el alcalde de la localidad, que tuvo ocasión de hablar con los padres el sábado por la noche, destacó luego haber quedado impresionado por el sentimiento de culpabilidad que sentía el progenitor al sentir que no había vigilado a sus pequeños.

FUNERAL Cientos de personas abarrotaron ayer la iglesia de San Andrés de Navalmoral de la Mata y parte de su exterior con motivo del funeral de los tres niños. La ceremonia fue oficiada por el obispo de Plasencia, Amadeo Rodríguez Magro, quien destacó en su homilía el "valor de la solidaridad que aflora siempre tras la tragedia" y ensalzó el espíritu de los niños que se lanzaron a ayudar al que se encontraba dentro del agua.

Los tres coches fúnebres que portaban los cuerpos llegaron a la puerta del templo tras efectuar un triste recorrido por el centro de la población. Tras los coches fúnebres, una comitiva de familiares y amigos escoltaba los cadáveres. Tras el funeral, los fallecidos recibieron sepultura en el cementerio municipal.