Pobres y ricos están unidos porque se nutren mal, los primeros pasando hambre o sufriendo desnutrición y los segundos llevando una alimentación poco sana que causa enfermedades que, además de costar dinero, causan muertes prematuras.

Por primera vez, la FAO --agencia de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura-- y la OMS han colocado a ricos y pobres en un mismo paquete para ofrecerles, al final de la segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición, que terminó ayer en Roma, una serie de instrumentos para resolver lo que José Graziano da Silva, presidente de la FAO, califica como "la enfermedad número uno del mundo". "Si fuera contagiosa ya estaría erradicada", dijo al clausurar los trabajos de más de 2.200 delegados, entre ellos representantes de 170 gobiernos, 150 de la sociedad civil y casi 100 empresarios de la alimentación. Es la primera vez que, en el ámbito internacional, la nutrición es considerada una cuestión pública, de la que se responsabiliza sobre todo a los gobiernos.

Al final de la conferencia, la FAO y la OMS han entregado a los países, cuyos delegados habían contribuido a elaborarlos, varios instrumentos de intervención para acabar con el problema de "más de 2.000 millones de personas que en el planeta sufren por las carencias de micronutrientes, o hambre oculta", y de 500 millones de obesos, entre los que se encuentran 42 millones de niños con sobrepeso, frente a 55 millones que no pesan cuanto deberían. "En general, la mitad de la población mundial se ve afectada por algún tipo de malnutrición", señala la FAO.

MARCO DE ACCIÓN El instrumento más importante aprobado es un marco de acción, con 60 objetivos en alimentación a alcanzar antes del 2025, cuyo cumplimento será controlado cada dos años por la FAO y la OMS. El programa aboga, entre otros retos, por reducir un 40% la cifra de menores de 5 años que padecen retraso en el crecimiento, en un 50% la de las anemias que sufren las mujeres en edad reproductiva y en un 30% la de los bebés que al nacer pesan menos de lo saludable. Se fija también como objetivos el aumento del 50% de los índices de lactancia materna en los primeros seis meses de vida y la disminución del 30% del consumo de sal, azúcares, grasas animales y las llamadas trans.

Otro objetivo consiste en acordar un etiquetado internacional de los alimentos que sea más comprensible para los ciudadanos, circunstancia a la que se vienen resistiendo los industriales.

WEB SOBRE DIETÉTICA El segundo instrumento de carácter pedagógico es una web "sobre directrices dietéticas basadas en los alimentos", formuladas de una manera sencilla y con carácter científico. Será un instrumento para que agricultores, industriales, educadores, médicos, dietistas y nutricionistas no vayan cada uno por su cuenta tras haber creado una jungla de consejos a veces contradictorios. La página nutricional, que será actualizada y revisada "de manera continua", cuenta actualmente con una colección de directrices dietéticas procedentes de más de 100 países, España incluida.

Dado que los instrumentos a disposición cuestan dinero, la FAO y la OMS han creado un Fondo Fiduciario de Acción para la Nutrición para "fomentar proyectos propicios a la nutrición, promover sistemas alimentarios sostenibles y un comercio que mejore la nutrición, aumente la información nutricional y mejore la seguridad alimentaria".

"Los compromisos políticos contraídos constituyen un hito", ha reconocido Oleg Chestnov, subdirector general de la OMS para enfermedades no transmisibles y salud mental.