Ya están aquí. Guapos y morenos. Eso sí, con morriña de las vacaciones. Recién llegados de una luna de miel que ha durado un mes, los Príncipes asistieron ayer al santo del Rey, que se celebró en el palacio de Oriente. Antes, la familia real acudió a una misa en la Zarzuela. Entre risas, Felipe preguntó a los periodistas: "¿Nos habéis echado de menos?". Luego, hizo referencia al viaje: "Se nos ha hecho corto", sin especificar los destinos, que podrían haber sido, según informaciones periodísticas, Tailandia, Camboya, China y las islas Fiyi. Acto seguido, Letizia añadió: "Teníamos ganas de volver para empezar a trabajar".

A las once, la familia real al completo posó para los fotógrafos en la Zarzuela. Estaban todos: los Reyes, los Príncipes, los duques de Lugo y los de Palma con sus tres hijos, Juan Valentín, Pablo y Miguel . Los hijos de la infanta Elena causaron baja porque estaban ensayando la función de fin de curso. La sesión fotográfica se desarrolló en un ambiente distendido. Al bajar las escaleras, el Rey hizo referencia a su familia numerosa y bromeó: "Y cuando haya biznietos, pues biznietos".

Letizia repitió el traje de chaqueta amarillo creado por Miguel Palacio que ya llevó, días antes de su boda, en un almuerzo celebrado en la Moncloa. Por su parte, Felipe lució una impecable barba, igual de cuidada que la del padre de la Princesa, Jesús Ortiz. La pareja no escatimó muestras de cariño. Ambos hablaron mucho entre sí y se cogieron las manos.

También muy agarrada a su marido estuvo la infanta Elena. El gesto no es baladí pues recientemente la revista portuguesa Nova Gente publicó que la pareja estaba separada, cosa que fue desmentida el lunes de forma oficial.

Tras la misa, la familia real acudió al palacio de Oriente, donde tuvo lugar la entrega del collar de la orden del mérito civil a los padres de la Constitución, una distinción otorgada en diciembre con motivo del 25 aniversario de la carta magna. También fueron galardonados los hombres que, en aquella época, presidieron el Congreso y el Senado. La condecoración del expresidente de las Cortes constituyentes, el fallecido Antonio Hernández Gil, fue recogida por su hijo mayor.

El Gobierno al completo y las altas instituciones del Estado, así como los expresidentes José María Aznar y Leopoldo Calvo-Sotelo acudieron también al evento.