Quizá hubieran sido felices, los besos habrían sido dulces y pasarían la noche en la luna si hubieran vivido en una casita de papel. Pero Calvin Klein, Nicole Kidman, Vincent Gallo, Hugh Jackman, Martha Stewart y otros famosos y multimillonarios se han mudado a una casa de cristal. Y lo que prometía ser la envidia de Nueva York se parece más a La comunidad que ideó Alex de la Iglesia. Para colmo, a precio de oro y a la vista.

El edificio que centra la atención de todo el mundo son dos torres, diseñadas por Richard Meier y situadas en la esquina de las calles Perry y Oeste. Cada uno de los 28 apartamentos tiene tres de sus cuatro paredes de cristal, y sus inquilinos, aparte de unas vistas espectaculares, viven como flotando. Flotan, eso sí, a la vista de la gente, que con unos prismáticos puede incluso ver el dormitorio de Jackman (que vive de alquiler por 29.700 euros al mes).

Ningún inquilino desembolsó menos de dos millones de euros por apartamento. Uno de los primeros compradores fue Klein, que se compró tres nubes en la torre sur (la mejor) y, por 12 millones de euros, se convirtió en el dueño de uno de los áticos más envidiables del planeta.

Lo que supuestamente iba a ser el paraíso no lo es tanto: casi un tercio de los primeros dueños intentan ahora vender sus casas. Para ratificar que hay problemas basta leer las declaraciones del actor y director Gallo a Vanity Fair . "Nadie puede creerse lo que está pasando. Es un microcosmos de la fealdad en los seres humanos: arquitectura bellísima profanada por escándalo y avaricia".

Escandaloso es que los edificios, dos años después de la fecha anunciada, no estén acabados. El restaurante que se iba a abrir es un espejismo y no hay ni rastro de los gimnasios comunes. Pero más grave es que hay problemas de fugas de agua y con la calefacción, que han forzado a varios vecinos a reinstalar hasta dos veces sus suelos o mudarse temporalmente a hoteles. Y las tensiones afloran porque unos no dan permiso a otros para hacer obras.

Hay roces también con la nueva junta directiva, de la que forman parte Klein y Stewart, que subió los gastos de mantenimiento mensuales de 1.700 euros a 3.400 por piso. Las cámaras de seguridad se instalaron tras repetidos disparos contra los apartamentos. Hubo también robos y guías por los pisos organizadas sin permiso por los porteros. Parece lógico que Gallo rogara: "Por favor, ayúdenme. Sólo quiero una casa".