Alain Cocq, el francés que sufre una enfermedad incurable y que quería dejarse morir para denunciar la ausencia de una ley de eutanasia, anunció este miércoles que ha decidido ser alimentado.

"Lo siento, pero necesito serenidad para partir en paz", indicó en su página de Facebook, la misma en la que iba a retransmitir su 'desconexión' el pasado viernes hasta que esa red social le bloqueó el vídeo en directo.

Cocq, de 57 años, aceptó el martes recibir cuidados paliativos, comida y bebida tras varios días sin tratamiento ni alimentación y confió en estar de vuelta en su casa en "siete o diez días".