Operarios equipados con máscaras y ropa de protección empezaron a sacrificar ayer a miles de patos criados al aire libre en explotaciones del suroeste de Francia. El sacrificio masivo ha sido ordenado como un intento de prevenir la propagación del virus de la gripe aviaria H5N8, y afectará, en los próximos días, a cerca de un millón de aves de 150 municipios galos. Se trata de un microorganismo inofensivo para la salud humana.

Las autoridades sanitarias calculan que serán más de 800.000 aves, de un total de 18 millones existente en todo el suroeste francés, las que se sacrificarán en la próxima semana. Antes de emprender este drástico sacrificio masivo, que tiene carácter preventivo por el rápido avance del virus, los ganaderos franceses han tenido que dar muerte ya a unos 300.000 animales infectados por el virus de la gripe aviaria.

La medida ahora adoptada, que se prolongará hasta el 20 de enero, afecta a patos y ocas «en curso», es decir, animales de entre tres y 13 semanas que se están criando al aire libre -expuestos, por tanto, al paso de las aves silvestres que transmiten el virus H5N8- y que todavía no han entrado en la fase de alimentación forzada (gavage, en francés) al que se someten los patos en el proceso de producción del fuagrás, precisó el Ministerio de Agricultura francés. Los sacrificios excluyen a gallinas, gallináceas y crías de patos criados en el interior de las granjas, así como a aquellos que siguen la normativa francesa de bioseguridad.

El virus H5N8 se está extendiendo como un reguero de pólvora desde finales de noviembre por Francia, que lo califica como «altamente patógeno». Los departamentos más afectados son el de Gers (principal productor de fuagrás del país), el de las Landas y el de los Altos Pirineos, muy cercanos a la frontera española. Otros 18 países europeos están afectados por este virus, según la Plataforma Europea de Vigilancia Epidemiológica de Sanidad Animal.

La situación, que la prensa gala ha descrito como «hecatombe», ha generado la reacción de productores y defensores de los animales, que el jueves realizaron una protesta en Auch.

Decenas de ganaderos, apoyados por los cazadores, denunciaron la «muerte de la industria» del fuagrás. La organización CIFOG, que representa a los agricultores y los industriales del sector, «teme fuertes pérdidas», del orden de 75 a 80 millones de euros. El Gobierno francés ha informado que los costes del sacrificio irán a cargo de las arcas públicas.