Es una de las novedades del inicio del curso escolar en Francia. El uso del teléfono móvil estará prohibido en los colegios de este país a partir de este lunes. Los alumnos podrán llevar si quieren un smartphone, una tablet o un reloj conectado, pero los dispositivos deberán estar apagados o en modo avión y guardados en la mochila o en los casilleros previstos para ello. Así, solo se podrán encender estos aparatos en clase cuando el profesor crea que hay un motivo pedagógico o cuando estudiantes con algún tipo de minusvalía lo necesiten. También se permitirá hacer llamadas desde la sala de profesores en situaciones de urgencia.

La medida afectará a los centros de educación infantil, primaria y secundaria, pero no a institutos de bachillerato ni liceos. Fue una promesa de campaña de Emmanuel Macron que el titular de Educación, Jean-Michel Blanquer, ha materializado en una ley que fue aprobada el 3 de agosto. El principal argumento del Gobierno para impulsar esta medida es proteger a los alumnos de una exposición prolongada a las onmipresentes pantallas.

Entre otras cosas, se quiere obligar a los chavales a despegar el dedo del móvil para que se relacionen con sus compañeros en lugar de chatear con amigos que no están en el centro.

El Ministerio de Educación subraya que el uso del móvil altera la capacidad de concentración de los alumnos durante las clases, además de estar detrás de muchas gamberradas y conflictos. Entre el 30% y el 40% de las sanciones tienen que ver con el uso de un smartphone en el aula.

CONTRA EL CIBERACOSO

El Ejecutivo pretende también limitar el cíberacoso en el ámbito escolar vía redes sociales e incluso el robo o el pirateo de aparatos. Aunque ante objetivos tan ambiciosos hay cierto escepticismo. «No va a revolucionar la vida de los colegios, aunque la medida tiene el mérito de ser simple y clara», dijo en Le Parisien Samuel Cywie, portavoz de la asociación de padres de alumnos Peep. En Francia tiene móvil el 93% de los chicos entre los 12 y los 17 años.

Serán los directores de los colegios quienes decidirán las modalidades para aplicar la ley que, en caso de incumplimiento, conllevará la confiscación del aparato obligando a los padres a acudir al centro para recuperar el móvil de su hijo. «El respeto a uno mismo y a los demás ha motivado la prohibición del teléfono móvil a partir de este curso. El marco legislativo garantiza desde ahora un aprendizaje más sereno, una vida colectiva más rica y protege a los alumnos de una exposición prolongada a las pantallas, verdadero peligro para los niños», ha explicado el ministro esta semana en una carta enviada al personal docente.

Por otra parte, y como cada año, en Francia se reabre el debate sobre el ritmo escolar porque la reforma del gobierno socialista de François Hollande instaurando la semana de cuatro días y medio parece superada por la realidad. El ministerio calcula que un 70% de las ciudades y el 60% de los colegios han recuperado la semana escolar de cuatro días, una cuestión que sigue dividiendo a la comunidad educativa.