Francisco está ultimando estos días la estrategia de futuro de la Iglesia española para que el nuevo presidente de la jerarquía, que sucederá a Antonio María Rouco, coincida en el tiempo con su primer año de pontificado, justamente el 13 de marzo. Y con el nuevo espíritu papal. Desde ayer y hasta el 8 de marzo irá recibiendo a los obispos españoles en grupos de siete, con un encuentro con los 83 el día 3. A todos, durante la actual visita ad limina, normalmente rutinaria, les exigirá que den un giro radical a los 20 años de conservadurismo bajo la batuta de Rouco y sean obispos pastores dando primacía a la defensa de los más pobres, inmigrantes, enfermos, discapacitados y ancianos.

Los vaticanólogos no dudan de que el Papa, muy bien informado sobre la situación en España, influirá durante el encuentro para concertar voluntades y que el pleno de la Conferencia Episcopal Española (CEE) que se iniciará el 12 de marzo elija como sucesor de Rouco a un hombre afín a su magisterio.

El Papa está dispuesto a que la nueva cúpula episcopal releve a los acólitos dogmáticos de Rouco, empezando por un cambio en la formación en los seminarios. Algunas fuentes apuntan que, para hacer frente a un episcopado todavía fiel a Rouco, se inclinaría por hacer una transición hacia una Iglesia más moderada y abierta, proponiendo al arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, a Juan del Río, arzobispo castrense, o a Carlos Osoro, arzobispo de Valencia. Sus nombres también suenan para suceder a Rouco en Madrid.

Fiel a su estilo hasta el final, el aún presidente de la CEE hizo la semana pasada un desplante al no aparecer por la reunión de cardenales en la que se debatió la futura pastoral familiar. Rouco también ha culminado su etapa de obsesión por la moral sexual y familiar, con la condena de los matrimonios homosexuales y el aborto como bandera, con su negativa a hacer público un resumen con las respuestas de los fieles españoles al cuestionario sobre familia y sexualidad que les envió el Papa, cara al Sínodo Extraordinario de Obispos previsto para octubre. "Las aportaciones de las diócesis han sido enviadas al consejo asesor. Los obispados son libres de hacerlas públicas. Solo la Conferencia Episcopal Alemana ha publicado una síntesis", dijo un portavoz de la CEE.

ANTES DEL VERANO El documento previo al Sínodo, con las aportaciones de todos y sobre el que se hará el debate, estará listo, según sus cálculos, antes del verano. Entonces será público. Las opiniones de los cristianos de base españoles, como avanzó este diario el pasado 16 de febrero, y de los fieles de numerosos países, muestran un abismo con la postura oficial de la Iglesia sobre la familia, la moral sexual y los anticonceptivos. Una abrumadora mayoría considera que su uso no puede ser pecado, así como las relaciones prematrimoniales, y piden respeto por todo tipo de uniones.