Tres millones de hectáreas, el tamaño de Bélgica, arden en Siberia. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ordenó ayer al Ministerio de Defensa sumarse a las labores de extinción de incendios forestales que azotan varias regiones siberianas. En Rusia hay alrededor de 150 focos activos de incendios forestales. Muchos encuentran en zonas de difícil acceso, donde el coste de la extinción supera el daño que causan, por lo que los esfuerzos se centran en los lugares donde las llamas amenazan áreas habitadas o sistemas de infraestructuras.

Según el Servicio de Protección Aérea de Bosques de Rusia, durante la última jornada fueron sofocados 32 incendios forestales que cubrían una superficie de 4.585 hectáreas.

La mayoría de los incendios se registran en la región de Irkutsk, donde los bomberos combaten 59 fuegos que abarcan una superficie de 78.226 hectáreas. También hay cinco incendios en reservas naturales protegidas, que afectan 1.712 hectáreas. En la región rusa de Krasnoyarsk luchan contra 47 incendios en una superficie de 21.926 hectáreas, y en Yakutia tratan de extinguir otros 24, que abarcan 1.403 hectáreas.

En la extinción de los incendios participan un total de 2.720 personas y 390 equipos de equipos especializados, además de 34 aeronaves de control aéreo y 28 de extinción. El Ministerio de Defensa enviará 10 aviones y 10 helicópteros.

El humo de los incendios forestales siberianos abarca ya grandes zonas del territorio ruso e incluso ha llegado a algunas regiones de Mongolia, incluyendo la capital Ulán Bator, según la agencia RIA Nóvosti.