A pesar de que el cambio climático es una preocupante realidad y en contra de todas las predicciones, en España mueren cada vez menos personas por olas de calor. La población española se ha ido adaptando para reducir su vulnerabilidad al aumento de las temperaturas de verano, que han subido más de un grado centígrado en periodo estival desde 1980. Así lo revela un estudio publicado ayer en la revista Plos Medicine y coordinado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Obra Social La Caixa.

La investigación ha analizado las temperaturas y las defunciones diarias registradas en 47 capitales de provincia en los veranos de entre 1980 y el 2015.