Mónica Cervera fue uno de los "conejillos de Indias" de Albert Cavallé: "La mayoría de las denuncias de las chicas son posteriores a que yo lo conociera. Creo que probó conmigo su engaño y, como le salió bien, siguió por el mismo camino con otras mujeres". La mujer, de 30 años y residente en Castelldefels, conoció al presunto estafador en la web de citas Badoo en el 2010. "Me dijo que era modelo, me envió un 'book' de fotos donde salía junto a otros modelos, eran fotos de agencia. Aparentemente llevaba un nivel de vida de alto standing, hacía viajes de negocios por lugares exóticos, era un hombre de mundo", recuerda Cervera.

La mujer y el supuesto embaucador salieron juntos durante dos años, luego él desapareció. "Yo apenas tenía 22 años, lo pasé muy mal. Era una relación tortuosa, tenía que estar disponible cuando a él se le antojara y, sin embargo, él nunca estaba libre para mí", asegura Cervera. En el 2014, ambos se reencontraron en otra página de contactos, Pof. La mujer decidió darle otra oportunidad.

"El 8 de octubre del 2014 me envió un mensaje pidiéndome 200 euros, asegurando que estaba en el aeropuerto de Madrid y no tenía cómo volver a Barcelona, porque las tarjetas bancarias no le funcionaban y sus padres estaban en el extranjero", afirma Cervera, que entonces trabajaba como administrativa a media jornada. La mujer advirtió a Cavallé de sus dificultades económicas: "Cobro 400 euros al mes y tengo que sacar a mi familia adelante con ellos". Él prometió devolvérselos al día siguiente, pero incumplió su palabra.

El juzgado número 1 de Gavá lo condenó en febrero del 2015 a pagar una multa de 270 euros por una falta de estafa, pero "tampoco la pagó, porque no se presentó al juicio y no se le pudo notificar la sentencia, ya que nunca fue localizado", apunta Cervera.