El Gobierno desconoce "de momento" las causas del incendio que se produjo el pasado 13 de junio en la denominada "zona de caída de proyectiles" del Campo de Adiestramiento Sierra del Retín (Cádiz), ya que ese día, asegura, no se utilizó armamento de ningún tipo.

En una respuesta escrita publicada hoy en el Boletín de las Cortes Generales, se explica que aquel día la única actividad militar registrada fue la de una pequeña unidad que, en el momento del incendio, se encontraba aproximadamente a 5 kilómetros del foco, y que "sus trabajos no incluían el uso de armamento de ningún tipo".

Por el momento, añade el Ejecutivo en respuesta al Grupo Socialista, "se desconocen las causas del incendio", y se está a la espera de obtener los resultados del informe oficial sobre el suceso, que realiza el Centro de Defensa Forestal de la Delegación Provincial de Agricultura, Pesca y Medioambiente.

También agregan que no se tiene constancia de que incendios producidos dentro del Campo de Adiestramiento del Retín hayan pasado a terrenos ajenos con anterioridad a este fuego, y añaden que este campo cumple con toda la normativa asociada a la prevención de incendios.

De este modo, refieren, los ejercicios de tiro con municiones que puedan producir fuego "quedan prohibidos durante el calendario de restricciones", que establece la normativa civil y militar de prevención de incendios forestales.

También señalan que en el caso en que se produzca un incendio en la zona de caída o de seguridad, existe un cortafuego que contiene el avance del fuego hasta la llegada de los medios terrestres y aéreos contraincendios.

Por último destacan que "gracias a la titularidad de los terrenos del Campo de Adiestramiento Sierra del Retín, y su gestión por la Armada, se mantiene y preserva su valor ecológico y medioambiental".

Especial mención, indican, merece la recuperación del Ibis Eremita, especie en grave peligro de extinción, y la conservación de la rica fauna y flora autóctonas.

El pasado 28 de julio la Brigada de Investigación de Incendios Forestales (BIIF) de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía hizo publico un informe en el que determinó que el incendio que arrasó 400 hectáreas tuvo un "origen accidental" debido a "prácticas de tiro con munición inerte".

Los técnicos autonómicos concluyeron que, a pesar de la ausencia de presencia humana en la zona se consideraba que el impacto de munición, incluso inerte, disparado durante los ejercicios del día anterior o incluso durante esa mañana "pudo impactar en alguna roca de la zona y así provocar la emisión de partículas incandescentes".

El BIIF extrajo dichas conclusiones de "testimonios de testigos", del análisis de "la orografía del terreno de la parte a la que se puede acceder", y del estudio de la evolución del fuego desde el día en que se originó, el 13 de junio, hasta el que fue extinguido, el 16.